Qué ver en El Vellón, el pueblo más al sur de la Sierra Norte de Madrid

Hoy queremos enseñaros El Vellón, un pequeño municipio de la Sierra Norte ubicado en una colina de la Vega del Jarama. No es precisamente el destino turístico más destacado de la Comunidad de Madrid, pero la verdad es que teníamos ganas de visitarlo, ya que llevamos toda la vida viéndolo señalizado en la A-1 y nunca nos habíamos animado a recorrerlo. Allí encontramos dos núcleos urbanos claramente diferenciados, una bonita atalaya de origen árabe, mucha arquitectura tradicional y Los Quebraones, un interesantísimo espacio natural. Dicho de otro modo: seguid leyendo y descubriréis un pueblo que merece la pena ser visitado.

El pueblo ovejero de la Sierra Norte

Aunque el origen de El Vellón está en la red de atalayas que los árabes establecieron en la zona durante la Alta Edad Media para controlar el territorio, lo que define al pueblo es su tradición ganadera. De hecho, toma su nombre de los secaderos de vellones de lana que se distribuían por todo el municipio.

El Vellón está formado por dos núcleos de población diferentes: el que le da nombre, que es el de mayor tamaño; y El Espartal, una antigua explotación agraria que fue fundada por monjes cistercienses. No hay visita completa al lugar si no se recorren ambos, aunque por suerte la distancia entre ellos se salva con menos de 10 minutos de coche.

Durante un tiempo, muchos madrileños identificaban El Vellón con «su» embalse. Lo ponemos entre comillas, porque aunque se llamaba así estaba ubicado en la vecina localidad de Pedrezuela. De hecho, este municipio peleó y actualmente el pantano es conocido como Embalse de Pedrezuela.

Sin embargo, la relación entre El Vellón y el agua es inquebrantable. Por su término municipal transcurre el Río Jarama, hasta diez pequeños arroyos y varias estructuras hidráulicas pertenecientes al Canal de Isabel II. Vamos, que es casi imposible que deis un paseíto por los alrededores sin encontraros con el líquido elemento.

El Vellón se encuentra a menos de 50 kilómetros de la ciudad de Madrid, aunque está relativamente cerca de los límites de la comunidad autónoma. De hecho, hasta 1786 perteneció a Guadalajara, pero en ese momento se produjo un intercambio de municipios y pasó a manos madrileñas.

Hoy, El Vellón y la oveja de su escudo esperan con los brazos abiertos al viajero. Puede que no sea el municipio que más turistas recibe en la Comunidad de Madrid, pero estando tan cerquita puede ser una buena opción para hacer una excursión. A continuación os vamos a enseñar todo lo que ver y hacer en El Vellón, para que podáis tomar nota y organizar un día tan interesante como el que pasamos nosotros allí.

Turismo en El Vellón

Iglesia del Vellón (o Iglesia de la Asunción)

Empezamos la visita en la Iglesia de la Asunción, un templo lleno de personalidad. Si no fuera por la espadaña con tres vanos de medio punto y sus correspondientes campanas, más parecería una casona tradicional de serranía que un edificio religioso. Las piedras de su fachada le dan un toque muy interesante. Data del siglo XV, por lo que seguramente es uno de los edificios en pie más antiguos de El Vellón.

Ayuntamiento

A pocos metros de la iglesia se encuentra el Ayuntamiento de El Vellón. Aunque su ubicación no le hace ningún bien (está muy al borde de la carretera), nada impide que sea un edificio muy coqueto. Tiene dos plantas, destacando las escaleras de piedra que dan acceso a la de abajo y el balcón con banderas que preside la de arriba.

Picota

En la parte alta de El Vellón se encuentra uno de sus emblemas: la Picota. Llegar a ella es muy sencillo, ya que está en la Plaza de la Picota. Como ya hemos contado en otros posts, este tipo de monumentos de piedra servían para ajusticiar y dar escarmiento público a los malhechores de la villa.

Esta picota trae de cabeza a los historiadores, que tienen dudas sobre su origen e incluso sobre que sea la antigua picota de El Vellón. A ello contribuye la inscripción que tiene este monumento, afirmando que es de 1552. Esto no termina de cuadrar, ya que el municipio no se hizo villa hasta 1564 (y solo las villas podían tener picotas).

Casas tradicionales de El Vellón

Aunque no encontraréis muchos más edificios destacados en el casco urbano de El Vellón, su singularidad hace que bien merezca la pena un paseo por sus calles. Y es que se trata de uno de los municipios más extraños de la Sierra Norte, con manzanas irregulares, muchos callejones sin salida y un trazado poco homogéneo. Id con los ojos bien abiertos y encontraréis edificios con mucha tradición, llamados a recoger un pasado agrícola y ganadero que ha llegado prácticamente intacto hasta comienzos del siglo XXI.

Ermita de San Blas

En las afueras de El Vellón, yendo por la M-129 en dirección a Torrelaguna, se encuentra la popular Ermita de San Blas. Es un lugar muy querido por los habitantes del pueblo, que año tras año celebran en sus inmediaciones la famosa Romería del Pan y Queso.

Atalaya de El Vellón

Aunque no tiene tanta fama como la de Venturada o la de El Berrueco, en El Vellón encontraréis una atalaya árabe exactamente igual que las anteriores. De hecho, todas ellas formaban parte de la red de estructuras militares que se estableció en la zona durante la Alta Edad Media para la defensa de la ciudad de Toledo. Pese a que los reinos cristianos acabaron conquistando la zona, estas atalayas han llegado a nuestros días en un estupendo estado de conservación.

La Atalaya de El Vellón mide 9 metros de alto y está ubicada en una posición privilegiada: sin duda es uno de los mejores miradores hacia la ciudad de Madrid de toda la Sierra Norte.

Caserío de Aldehuela

Pasa desapercibido para muchos viajeros, pero en el término municipal de El Vellón se encuentra el interesante Caserío de Aldehuela, una granja fundada ni más ni menos que por el Cardenal Cisneros (natural de Torrelaguna). Fue erigida con la intención de fabricar pan y vino para los estudiantes de la Universidad de Alcalá de Henares.

Hoy en día se encuentra en una finca privada, por lo que no es posible visitar su interior. Podéis aproximaros a ella haciendo senderismo o por la carretera M-129 y contemplarla desde la distancia, que es lo que hicimos nosotros.

Iglesia del Espartal (o Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción)

Tal y como hemos dicho al inicio de este artículo, El Vellón tiene dos núcleos urbanos: el que le da nombre y El Espartal. En este último se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, un pequeño templo construido entre 1922 y 1927. Pese a ser relativamente reciente y tener un tamaño más que discreto, a nosotros nos pareció un templo precioso. Solo por echarle un ojo ya merece la pena ir hasta allí.

Casas tradicionales de El Espartal

Eso sí, ya que cogéis el coche para ir a El Espartal, qué menos que dar un paseo por sus callecitas y disfrutar de los excelentes ejemplares de arquitectura popular de serranía que se hayan diseminados por el casco urbano. Nosotros fuimos ya faltos de fuerzas (llevábamos muchos kilómetros en las piernas ese día) y no exploramos todo lo que nos hubiera gustado, pero vimos casitas monísimas.

Los Quebraones

Y, si vais a El Vellón, no podéis dejar de hacer un poco de senderismo. En sus inmediaciones se pueden hacer un montón de rutas, pero en nuestra opinión hay un paraje que es imprescindible: Los Quebraones. Esta zona, llena de afloramientos de piedra caliza, tiene alguno de los paisajes más singulares de la zona.

No muy lejos de allí está la Cueva de la Mora, una gruta natural todavía por explorar. Es muy popular en El Vellón, ya que se le asocia una leyenda que ha pasado de padres a hijos en el municipio.

Si queréis conocer bien este espacio natural, os recomendamos hacer la ruta por Los Quebraones y la Atalaya de El Vellón que hicimos nosotros. Fueron más de cinco horas caminando, pero os aseguramos que mereció la pena.

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