Qué ver en el Albaicín, la zona más auténtica de Granada

El Albaicín es el alma de Granada. Seguramente lo más conocido de la ciudad nazarí sea la Alhambra, pero es innegable que el barrio que protagoniza este artículo también es algo top a más no poder. Sus casitas blancas, sus rincones con encanto y sus miradores hacen que pasear por sus calles sea una experiencia que enaltece cuerpo y mente. Y puede que el mejor consejo que daros para visitar el Albaicín sea que os perdáis por la zona, pues sin prisa y sin rumbo es como se mostrará más auténtico este pedacito de Granada. Sin embargo, también hay lugares que no podéis dejar de visitar, así que aquí os traemos un montón de información para que sepáis qué ver en el Albaicín.

Calle de Granada

Un paseo por el barrio más antiguo de Granada

Con huellas de poblamiento desde época íbera, lo cierto es que el Albaicín como tal se configuró en época de ziríes (la dinastía bereber que gobernó Granada a partir del siglo XI). Hablamos de un barrio en altura, de esos en los que cada centímetro cuadrado está bien aprovechado y en los que no faltan las calles empinadas. Es cierto que tiene sus semejanzas con el vecino Sacromonte, pero en general se podría decir que es un lugar único dentro del urbanismo granadino.

Interior del Albaicín

Fue uno de los núcleos principales de la Granada musulmana y, como tal, recorrerlo supone enfrentarse a un auténtico laberinto. Sin embargo, se ha configurado como uno de los grandes recursos turísticos de la ciudad y su visita no entraña ninguna complicación. Su casa arquetípica es el carmen: una vivienda exenta que está rodeada por un muro, que a su vez protege un pequeño jardín. A esta disposición contribuyen los diferentes aljibes que hay distribuidos por el barrio. Son casi una treintena, aunque la mayor parte ya no está en uso.

A finales del siglo XX fue declarado Patrimonio de la Humanidad, en compañía de la Alhambra y el Generalife. Este hecho no hace sino poner de manifiesto la belleza absoluta del barrio. Caminar por el Albaicín es algo que todo el mundo debería hacer al menos una vez en la vida, pues sus rincones con encanto son infinitos y hay mucho que ver en el barrio.

Zocos granadinos

Aunque ya hemos dicho en la introducción que un paseo sin rumbo no sería nada descabellado, más abajo os vamos a enseñar un recorrido con un orden más o menos lógico. Básicamente os recomendamos empezar en la Plaza de Santa Ana, ir en paralelo al río Darro (recorriendo la carrera homónima y el emblemático Paseo de los Tristes), ganar altura y luego retroceder hasta el famoso Mirador de San Nicolás.

Turismo en el Albaicín

Plaza de Santa Ana

Realmente la Plaza de Santa Ana no forma parte del barrio, pero sin duda es la mejor puerta de entrada al Albaicín. En este enorme espacio abierto encontraréis edificio realmente bonitos, como por ejemplo la Iglesia de San Gil y Santa Ana. Precisamente, a la izquierda del templo sale la carretera que da acceso al barrio, con el célebre cartelito que indica el camino a Albayzin / Sacromonte.

Plaza de Santa Ana

Carrera del Darro

La Carrera del Darro guiará vuestros pasos al comienzo de la visita al Albaicín. Va en paralelo al río con el mismo nombre, uniendo la citada Plaza de Santa Ana con la Casa de las Chirimías (de la que os hablaremos más abajo). Es uno de los espacios más bonitos de Granada, con una interminable sucesión de edificios preciosos a mano izquierda y el río Darro a la derecha. Por doquier veréis tiendas y restaurantes, así como puntos de interés que también son visitables.

Carrera del Darro (Albaicín)

Bañuelo (Baños del Nogal)

Uno de los primeros en cruzarse con vosotros será el Bañuelo, nombre con el que se conoce a los Baños del Nogal. Se trata de un hammam del siglo XI que todavía es visitable, conservando prácticamente el mismo aspecto durante los últimos mil años. Esto es todo un milagro, ya que en tiempos de los Reyes Católicos fueron destruidos casi todos los baños árabes de Granada, pues los consideraban lugares para la conspiración y la depravación. Hoy son Monumento Nacional y su visita es prácticamente obligada.

Casa de Zafra (Centro de Interpretación del Albaicín)

En una de las muchas calles adyacentes y paralelas a la Carrera del Darro se encuentra la Casa de Zafra (en concreto en la calle Portería de la Concepción 8). Es un edificio estupendo, tanto por su belleza como por su antigüedad: es una de las poquitas casas árabes que se conservan en Granada. En la actualidad es el Centro de Interpretación del Albaicín, por lo que os recomendamos visitarlo si el barrio os acaba enamorando (algo que ocurrirá antes o después).

Convento de Santa Catalina de Zafra

Cerquita de allí está está el Convento de Santa Catalina de Zafra (o de Siena), aunque ya a los pies de la Carrera del Darro. Fue fundado a comienzos del siglo XVI y desde entonces ha albergado a monjas dominicas.

Casa de Castril (Museo Arqueológico y Etnológico de Granada)

Un poquito más adelante está la Casa de Castril, el palacio renacentista que hoy en día hace las veces de Museo Arqueológico y Etnológico de Granada. Su colección tiene piezas procedentes de toda la provincia, estando la mayor parte de sus fondos repartidos entre el paleolítico y la época musulmana.

Museo en el Albaicín

Iglesia de San Pedro y San Pablo

Justo al otro lado de la Carrera del Darro está la Iglesia de San Pedro y San Pablo, a medio camino entre el arte mudéjar y renacentista. Es obra de Juan de Maeda y merece la pena que la visitéis, aunque ya os avisamos de que os tocará pasar por caja.

Iglesia de San Pedro y San Pablo

Casa de las Chirimías

Por último, no podéis perderos la Casa de las Chirimías, que recibe su nombre del instrumento musical homónimo. Ha tenido diferentes usos a lo largo del tiempo, aunque hay uno que nunca se ha perdido: el de servir como hito en el camino, pues separa la Carrera del Darro del Paseo de los Tristes.

Paseo de los Tristes

En el Paseo de los Tristes hay un alma que llora en las noches de San Juan. No lo decimos nosotros, sino la legendaria banda Mägo de Oz, que en su disco Gaia II – La Voz Dormida le dedicó una canción a este rinconcito de Granada. ¡Aquí va!

No sabemos qué es lo que hace especial a este lugar, pero algo tendrá para que habitualmente se refieran a él como la calle más romántica de Granada. ¿Será el río? ¿El hecho de que se encuentra a los pies de la Alhambra? ¿Los edificios que lo rodean? En cualquier caso, tiene una energía especial y es difícil que os vayáis de allí sin sentirla. Un imprescindible en la lista de cosas que ver en el Albaicín.

Por cierto, una curiosidad: originalmente se llamaba Paseo del Padre Manjón, pero durante el siglo XIX recibió el apodo de Paseo de los Tristes porque comunicaba la ciudad con el cementerio de San José. Hoy en día veréis más parejas paseando de la manita que cortejos fúnebres, no cabe duda.

Paseo de los Tristes (Albaicín)

Palacio de los Córdova

Si al final del Paseo de los Tristes giráis a mano izquierda y subís hacia el Palacio de los Córdova, llegaréis hasta un edificio estupendísimo. Ganaréis también altura, hasta llegar a un cruce en el que tendréis que decidir entre adentraros en el Sacromonte (a mano derecha) o explorar la zona alta del Albaicín (a mano izquierda).

Callejear por el Albaicín

En este caso, os recomendamos lo segundo. Llegado a este punto, lo que os equeda es callejear por el Albaicín, pues esta zona es la que tiene la mayor concentración de callejuelas con encanto y rincones de belleza absolutamente inesperada. Dadle a vuestra curiosidad la oportunidad de tomar las riendas y dejad que el paseo se alargue más de la cuenta, pues os prometemos que disfrutaréis de la experiencia. La Calle del Beso, la Casa Horno de Oro e infinitas plazas aguardan a ser descubiertas una y otra vez por los viajeros. ¡Mucho que ver en el Albaicín!

Subida al Albaicín

Mirador de San Nicolás

A donde llegaréis de una manera o de otra es al Mirador de San Nicolás, posiblemente el rincón más famoso del Albaicín. Es el mirador por antonomasia hacia la Alhambra: un lugar único, ajetreado y que os regalará una panorámica de las que se quedan grabadas en la memoria. Eso mismo debió pensar el pícaro Bill Clinton cuando lo visitó en 1997, pues afirmó sin dudar que allí se encuentra la puesta de sol más bonita del planeta.

Mirador de San Nicolás

El Mirador de San Nicolás es una experiencia en sí misma. Además de las vistas, nunca faltan los músicos callejeros, los vendedores ambulantes y todo tipo de buscavidas de dudosa actividad. No todo iba a ser patrimonio: una de las mejores cosas que ver en el Albaicín es su ambientazo.

Músicos en el Albaicín

También está allí mismo la Iglesia de San Nicolás, construida en el año 1525 sobre una antigua mezquita. Os recomendamos entrar a visitarla si tenéis la suerte de encontrarla abierta.

Casa de los Geranios (Casa-Museo Max Moreau)

¿Recordáis cuando os hablábamos al principio del artículo de que el carmen es el prototipo de casa del Albaicín? Podréis comprobar cómo es este tipo de construcciones en la Casa de los Geranios, un lugar alucinante por muchos motivos. La casa en sí es estupenda, en su interior alberga el Museo Max Moreau (con buena parte de la obra del pintor belga), tiene unos jardines muy bonitos y además ofrece unas vistas excelentes hacia la Alhambra. Por si todo esto fuera poco, la visita es gratuita. Es una de las grandes sorpresas que ver en el Albaicín, así que os recomendamos encarecidamente que os paséis por allí.

Casa de los Geranios

Convento de Santa Isabel la Real

Terminamos de apurar el recorrido por el barrio, en este caso yendo al Convento de Santa Isabel la Real. Allí se guardan las tallas procesionales de la Hermandad del Rosario, que año tras año protagonizan uno de los festejos religiosos más destacados de Granada.

Palacio de Dar al-Horra

Relativamente cerca de allí está el Palacio de Dar al-Horra, una construcción nazarí del siglo XIV. Fue erigido sobre los restos del antiguo Palacio Real, utilizando algunos de sus muros.

Palacio de Dar al-Horra

Puerta de Elvira

Por último, cerramos la lista de cosas que ver en el Albaicín en la Puerta de Elvira, otra de las grandes entradas y salidas del barrio. Se encuentra a escasos tres minutos de algunas de las mejores calles para tapear en Granada, así que no se nos ocurre mejor manera de complementar el tour por la zona que yendo a degustar su maravillosa gastronomía.

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