Colmenar de Oreja es un lugar célebre en el mundo entero por su excelente y abundante piedra caliza, la cual lleva extrayéndose 2000 años. De hecho, fue el principal material utilizado para construir edificios tan representativos como el Palacio Real de Madrid. Sin embargo, esta villa va mucho más allá, pues en sus calles encontraréis todo lo necesario para pasar un día inolvidable. En este artículo os enseñaremos qué podéis esperar de Colmenar de Oreja y os damos muchos motivos para visitarla.
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Tres cosas tiene Colmenar que no tiene Madrid
«Tres cosas tiene Colmenar que no tiene Madrid: las canteras, los hornos de tinajas y el Puente de Zacatín«. Esa simpática frase lleva repitiéndose en Colmenar de Oreja desde hace ya mucho tiempo, como muestra de las particularidades de un Conjunto Histórico-Artístico que no duda en rivalizar con la capital si la ocasión se presenta.
La urbe tiene una excelente ubicación, pues se asienta sobre terrenos fértiles y muy propicios para la producción de aceite de oliva y vinos de primera calidad. De hecho, cuenta con aproximadamente una decena de bodegas que producen vinos bajo la Denominación de Origen «Vinos de Madrid».
Entre la producción de alimentos y sus canteras, Colmenar de Oreja ha sido un sitio próspero prácticamente desde su fundación. Eso se traduce en un excelente patrimonio (el cual os vamos a enseñar a continuación) y también en una vida cultural de lo más animada, con fiestas, conciertos y eventos varios durante todo el año.
Puede que no sea el sitio más conocido de la Comunidad de Madrid y que no reciba tantos visitantes como Alcalá de Henares, Aranjuez o la vecina Chinchón, pero os aseguramos que Colmenar de Oreja es un destino excelente. Y, si seguís leyendo, os lo vamos a demostrar.
Turismo en Colmenar de Oreja
Plaza Mayor
Lo primero que nos enamoró de Colmenar de Oreja fue su Plaza Mayor. Representa a la perfección todo lo que se podría esperar de una plaza castellana, con un enorme espacio central en el que siempre pasan cosas, edificios porticados en los alrededores y balcones desde los que controlar al personal.
Fue construida entre los siglos XVIII y XIX, en un proceso que se demoró (y encareció) más de lo deseado por los barrancos sobre los que se asienta. Pese a todo, quedó un espacio espectacular, en el que destacan tanto el Ayuntamiento como la Casa del Pósito.
Es una de las plazas más bonitas de la Comunidad de Madrid. Además, está llena de bares y restaurantes, por lo que puede ser un buen sitio para comer si estáis por la zona.
Por cierto, la Plaza Mayor de Colmenar de Oreja tiene cinco accesos. Si miráis de frente al ayuntamiento, justo a mano derecha, al ladito, veréis una especie de portal por el que entra y sale gente todo el tiempo. Cruzadlo y llegaréis hasta el sorprendente Puente de Zacatín, el cual os permitirá visitar la Plaza Mayor… ¡desde abajo!
Puente de Zacatín
Pues sí. Como decimos, el Puente de Zacatín es otro de los lugares imprescindibles de Colmenar de Oreja. Conocido también como Ojo de la Fuente o Arco de Zacatín, se trata de una galería de más de 70 metros de largo que transcurre bajo la Plaza Mayor. Se construyó durante prácticamente todo el siglo XVIII, siendo una de las grandes obras de ingeniería de su tiempo en la Península Ibérica.
Es un sitio realmente singular, parece increíble que bajo la plaza se pueda caminar e incluso transcurra un arroyo (el cual oiréis si prestáis atención al cruzar).
Jardines de Zacatín
Transitar por el Puente de Zacatín os llevará directamente a los Jardines de Zacatín, otra zona de lo más interesante. Se trata de una pequeña zona ajardinada que sirve de enlace entre el casco urbano y el Camino del Cristo.
Ermita del Santísimo Cristo del Humilladero
Precisamente, siguiendo ese camino llegaréis hasta la Ermita del Santísimo Cristo del Humilladero, a donde llegaréis tras caminar unos 500 metros. Es un edificio muy querido por los habitantes de Colmenar de Oreja, que todos los años celebran su fiesta durante la primera semana del mes de mayo.
Museo de la Piedra
También muy cerquita del Puente de Zacatín está el Museo de Piedra, una institución privada que fue puesta en marcha en el año 2017. Su objetivo es claro: trata de poner en valor la industria lítica de Colmenar de Oreja a través de maquinaria, herramientas y piezas surgidas de la explotación de la piedra caliza de los alrededores. De hecho, se asienta sobre una pequeña cantera que fue utilizada entre los siglos XVI y XVI para la construcción de la Iglesia de Santa María la Mayor.
Iglesia de Santa María la Mayor
Hablando del rey de Roma, si volvéis hacia la Plaza Mayor y camináis en dirección opuesta llegaréis hasta la enorme Iglesia de Santa María la Mayor. Su construcción se inició en el siglo XIII, pero su colosal aspecto actual se debe a una obra de ampliación ocurrida entre los siglos XVI y XVII. Contó con los mejores arquitectos de la época, incluyendo al famosísimo Juna de Herrera.
Se puede visitar por dentro, aunque tras un donativo obligado (nunca entenderemos que se le llame donativo si no es opcional) de un euro. Merece la pena entrar, pues por algo se le ha concedido el nivel de Bien de Interés Cultural en el año 2020.
Teatro Municipal Diéguez
A unos cinco minutos caminando de la iglesia está el Teatro Municipal Diéguez. Fue construido a partir de un Hospital de la Caridad durante el siglo XIX y, sin lugar a dudas, es el mejor ejemplo de la interesante vida cultural de Colmenar de Oreja. Si tenéis ocasión de ir a una de sus obras sería genial, pero también podéis visitarlo por dentro a través de las visitas guiadas que organiza la Oficina de Turismo.
Museo Municipal Ulpiano Checa
Tampoco os podéis perder el Museo Municipal Ulpiano Checa, que alberga buena parte de la producción artística del célebre pintor. En él podéis encontrar óleos, esculturas o incluso libros ilustrados por Ulpiano Checa, un autor de finales del siglo XIX que décadas después serviría de inspiración para las películas de Hollywood. La escenografía de la meca del cine se fijó en sus óleos para plantear la estética de películas tan míticas como Ben-Hur o Los Últimos Días de Pompeya.
Por cierto, al ladito del museo está la Oficina de Turismo, donde nos atendieron genial y nos dieron un montón de información para preparar la visita. Da gusto cuando se toman en serio su trabajo y te dan tips que realmente mejoran tu día en el destino.
Convento de la Encarnación
Por último, en Colmenar de Oreja también encontraréis el Convento de la Encarnación, un enorme conjunto arquitectónico fundado a finales del siglo XVII. Fue construido por Fray Lorenzo de San Nicolás y está dividido en dos partes: una para un convento de clausura y otra para la Casa-Palacio del Conde de Colmenar de Oreja.
2 respuestas
Hermosa poblaciones con una gran riqueza cultural.
Es un sitio chulísimo, no tiene nada que envidiar a sus vecinos (pese a ser mucho menos famoso).