Situada a los pies de la CM-2011, la pequeña aldea de Cívica bien podría pasar desapercibida en un vistazo rápido al mapa de La Alcarria. Se trata de una pedanía perteneciente a Brihuega, el municipio célebre por sus campos de lavanda. Sin embargo, si os detenéis allí descubriréis uno de los lugares más peculiares y sorprendentes de toda la provincia de Guadalajara. Seguid leyendo, pues aquí os espera todo lo que ver en Cívica.

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La aldea más misteriosa de La Alcarria
Pocos lugares quedan ya en España sobre los que cueste encontrar información en internet, pero Cívica es uno de ellos, pues la búsqueda de qué ver allí arroja pocos resultados. Quizá sea por su remota ubicación o simplemente por la rareza de un lugar que parece más bien sacado de un cuento de fantasía que de la sencilla realidad alcarreña.

Cívica se encuentra bañada por las aguas del río Tajuña, en unas montañas de roca caliza que se ha ido formando a lo largo de los milenios por pura erosión. En la parte alta hay un pequeño pueblo y en la parte baja un río, pero entre medias está… ¡el misterio!

Y es que el principal motivo para acercarse a Cívica es la extraña aldea excavada en piedra por un sacerdote a mediados del siglo XX. Pasó mucho tiempo abandonada y de camino al olvido, pero en la década de los 2020 ha sido adquirida por un vecino de un pueblo cercano con la idea de explotarla turísticamente. ¿Qué ocurrirá en el futuro? No sabemos, pero por el momento hablamos de una excursión peculiar y que siempre le recomendamos a todo el mundo.

Turismo en Cívica
La aldea tibetana de Aurelio Pérez
Viaje a La Alcarria es una de las obras más célebres de Camilo José Cela. Sin embargo, no mucha gente sabe que tiene una segunda parte: Nuevo Viaje a La Alcarria. En este segundo libro, don Camilo pasó por Cívica y dijo qué ver allí. La descripción que hizo del lugar no podría ser más descriptiva: «Cívica semeja una aldea tibetana o el decorado de una ópera de Wagner«.

Aunque no es la totalidad del pueblo (arriba hay varias casas), la mayor parte de los viajeros limitan su visita a la obra de Aurelio Pérez. Este monje llevó a cabo un extrañísimo proyecto entre los años 50 y 70 del siglo XX, desplazándose allí con una cuadrilla de obreros a diario (que trabajaban por amor al arte) para excavar la roca y hacer un sinfín de galerías.

El señor Pérez tuvo tiempo de hacer un par de bares, un truchero, todo tipo de habitaciones, pasillos que dan vértigo por el riesgo de caída… Todo ello para crear un paisaje de cuevas y recovecos que a simple vista puede desencadenar la imaginación hasta de un titán como Camilo José Cela. A nosotros nos transporta más a la típica ciudad subterránea de la Capadocia, pero en cualquier caso es un sitio alucinante.

El recinto estuvo abandonado durante muchos años, durante los cuales era posible entrar destrangis y pasear por su interior. En la década de los 2020 fue comprado por Jaime, exitoso empresario hostelero de la ciudad de Guadalajara y vecino de un pueblo cercano. Su idea está clara: poner en lugar cívica, crear a su alrededor un alojamiento rural y tratar de dinamizar una zona que no por estar abandonada ha perdido su belleza natural.
Si pasáis por allí merece la pena subir. Tendréis que pagar entrada (2€ por persona), pero a cambio el propio Jaime os contará muchísimo sobre la historia del lugar. Si no hay nadie en la puerta, llamad al 601 167 923 (el teléfono del propio Jaime) e irá a buscaros a la puerta.

Ruinas arqueológicas
Pensad que Cívica está junto a roca fácil de tallar, tiene bosques de los que abastecerse de muchísimos recursos y también transcurre junto a ella un gran río. Por tanto, no es de extrañar que la zona haya sido poblada desde antiguo, pues allí mismo se asentaron romanos, visigodos, musulmanes y cristianos. Eso se traduce en que es un auténtico batiburrillo de ruinas arqueológicas. Allí veréis desde restos dejados allí en tiempos del Imperio Romano hasta una de las primeras fábricas de papel moneda de España, pasando por un monasterio que llegó a tener una nutrida comunidad viviendo en él.

Cascadas y ríos
También destaca Cívica por sus recursos naturales. A los pies tiene el río Tajuña, aunque muy cerquita está también el Arroyo de Valcecívica. Quizá su elemento más vistoso sea una preciosísima cascada a pie de la carretera, la cual os dejará unas imágenes sensacionales para vuestro instagram.

Arquitectura popular
En la parte alta de Cívica todavía vive gente, repartida en cinco o seis casas, así que podéis echar un ojo para descubrir qué ver por allí. Arriba encontraréis un pequeño chiringuito, una bonita fuente y un ritmo de vida envidiable, de esos que hacen que el viajero se replantee su existencia. Quizá no encontraréis grandes monumentos, pero os aseguramos que el paseo por allí es reconfortante para el cuerpo y para la mente.
