Emblemática como pocas, Cangas de Onís tiene muchísimas cosas que ver y hacer. Es una localidad imprescindible para entender la realidad de Asturias. No solo fue la capital del reino asturiano hasta el año 774, sino que antes, durante y después fue el epicentro de sucesos históricos de absoluta relevancia. Ese pasado glorioso convive hoy en día con una puesta en valor de su entorno natural más inmediato, creándose así el caldo de cultivo perfecto para ofrecer al viajero un destino único.

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Érase una ciudad pegada a un puente
Se dice que Don Pelayo estaba establecido en Cangas de Onís cuando lideró la resistencia al poder musulmán imperante a comienzos del siglo VIII, dando el pistoletazo de salida a la Reconquista. Precisamente, en el término municipal del pueblo se produjo en el año 722 la Batalla de Covadonga, uno de los conflictos más legendarios de la Historia de España.
Cangas de Onís es también una de las grandes puertas de entrada al Parque Nacional de los Picos de Europa, pues 2000 hectáreas de la máxima protección pertenecen a su término municipal. Así, desde aquí podréis llegar hasta los míticos Lagos de Covadonga, uno de sus espacios naturales más icónicos.
Pero Cangas de Onís no es un mero lugar para el recuerdo del pasado o para servir de trampolín de cara a otras excursiones, sino un lugar con mucho que ver. El pueblo en sí mismo vale muchísimo la pena: por su patrimonio, su ambiente y sus estupendas sidrerías. Por todo ello (y mucho más) os recomendamos la visita a Cangas, un sitio que nunca defrauda.

Turismo en Cangas de Onís
Puente Romano
El elemento más destacado de Cangas de Onís, sin lugar a dudas, es su archiconocido Puente Romano. Esta construcción fue el único paso de piedra que servía para cruzar el río Sella hasta el siglo XIX, por lo que tenía un papel de absoluta relevancia en el comercio entre Asturias y Cantabria.
Hoy en día ha quedado relegado prácticamente al turismo, pues su arco peraltado es un imán para viajeros de todo el mundo. No hay persona que visite Cangas de Onís que no desee cruzar el puente y hacer una foto desde los laterales, para poder disfrutar de la típica vista con el arco, la Cruz de la Victoria y las aguas del Sella por debajo.
Iglesia de la Asunción
El edificio religioso de mayor relevancia en Cangas de Onís es la Igleia de la Asunción, un espacio que siempre tiene que estar en la lista de cosas que ver. Situada en la Calle San Pelayo, su elemento más representativo es un curiosísimo campanario con tres pisos y seis arcos para campanas. Merece la pena visitar también el interior.

Ermita de la Santa Cruz
El otro edificio religioso de postín en el pueblo es la Iglesia de Santa Cruz. En este caso no destaca por sus dimensiones, sino por su antigüedad: este pequeño templo fue construido en el año 737 por órdenes del rey Favila (hijo del mismísimo Don Pelayo). Allí mismo están enterrados el segundo rey de Asturias y su mujer, la reina Froiluba.
Casco histórico
Una vez hayáis visitado puente, iglesia y ermita, lo suyo sería que dieseis un paseo sin rumbo por las preciosas calles de Cangas de Onís. Tiene el toque justo entre la tradición de su trazado medieval y el bullicio de un lugar turístico, con gente animando el cotarro a prácticamente cualquier hora del día. A modo de referencia, no deberíais dejar de ir a la Plaza del Mercado ni al Parque de la Casa Riera. Tampoco os perdáis las diferentes casas de indianos que hay repartidas por la localidad, fruto de la fortuna que hicieron los cangueses que emigraron a hacer las Américas.

Sidrerías de Cangas de Onís
Mención aparte merecen también las sidrerías de Cangas de Onís. Es cierto que prácticamente en cada pueblo de Asturias hay una o dos sidrerías, pero en este caso en concreto la oferta es abrumadora. Y, como no podía ser de otro modo, a más competencia se dan mejores precios y una mayor calidad. Si queréis hincarle el diente (o la cuchara) a la gastronomía asturiana, sin duda estáis en el lugar indicado.
Excursiones desde Cangas de Onís
Cangas de Onís también es el punto de partida idóneo para hacer excursiones por la zona.
Subida a Covadonga
En primer lugar, es absolutamente imprescindible que visitéis tanto el Santuario del Real Sitio de Covadonga como que hagáis la subida a los Lagos de Covadonga. Hablamos de un dúo que puede consumir prácticamente una jornada entera, pero que os pondrá frente a dos auténticos hitos de Asturias. El primero es el espacio más fervoroso del Principado, mientras que el segundo es uno de los espacios más destacados de los Picos de Europa.

Ruta del Cares
Muy a mano tenéis también la Ruta del Cares, uno de los itinerarios de senderismo más populares de la Península Ibérica. Es cierto que también hace falta un día completo para transitar por este magnífico desfiladero, pero cualquier esfuerzo que se haga merecerá la pena.
Descenso del Sella
Y, hablando de esfuerzos, apenas 8 kilómetros separan a Cangas de Onís de Arriondas. Desde allí podéis emprender el mítico descenso del Sella, una actividad que pondrá a prueba la fortaleza de vuestros brazos y de vuestra mente.
