Qué ver en Baríndano, el pueblo más auténtico de Améscoa Baja

El primer pueblo del Valle de Améscoa (viniendo desde Estella) es Baríndano, una localidad de escasos 100 habitantes perteneciente al término municipal de Améscoa Baja. En sus calles encontramos paz, autenticidad y todo lo necesario para disfrutar de un paseo agradable respirando tradición y aire puro a partes iguales.

Pequeñito pero imprescindible

De las 1400 personas que viven en el Valle de Améscoa, alrededor de 100 lo hacen en Baríndano. Es un pueblo chiquitito, pero aun así su visita es más que recomendable. En sus escasas calles encontraréis la esencia más pura del valle, con algunos de los rincones con más encanto del mismo.

Aunque hay hallazgos prehistóricos y de época romana en la zona, el documento más antiguo en el que se menciona a Baríndano data de 1201. Desde entonces, la vida parece haberse mantenido inalterada, manteniendo unas costumbres en las que el campo está en el centro de todo.

Quizá no sea el sitio más famoso del Parque Natural de Urbasa-Andía y alrededores, pero si seguís leyendo veréis por qué a nosotros nos encantó la visita.

Turismo en Baríndano

Parroquia de San Millán

La Parroquia de San Millán es el edificio más destacado. Data del año 1200 y, pese a transformaciones posteriores, todavía conserva un estilo romántico más que palpable. La portada principal es del siglo XIII, y en la lejanía destaca fundamentalmente por su enorme torre.

Casa Concejil

Como en otras localidades de Amescoa Baja, en Baríndano hay una Casa Concejil.

Frontón

También hay un pequeño frontón, fiel reflejo de la afición que hay por estos lares a los juegos de pelota. Es habitual ver a gente jugando, sobre todo los fines de semana y los festivos.

Fuente y lavadero

Si paseáis por el centro del pueblo, de un modo o de otro acabaréis pasando por la fuente y el lavadero. La primera fue utilizada tanto para abastecimiento para el consumo humano como para abrevadero para el ganado, mientras que el lavadero servía para limpiar la ropa.

Por supuesto, recorriendo Baríndano veréis muchos ejemplos de casonas tradicionales. En algunas de ellas incluso destacan bonitos escudos de piedra, representando a las familias poderosas (como los Yriarte).

Cofradía de San Cristóbal

Para terminar, en las afueras, entre Baríndano y Zudaire, está la Cofradía de San Cristobal una pequeña ermita que ha sido la única que ha llegado a nuestros días de entre todas las que llegó a tener el pueblo.


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