Qué ver en Azpeitia, la cuna de San Ignacio de Lozoya

Azpeitia es uno de nuestros sitios favoritos de Guipúzcoa. El pueblo es conocido en el mundo entero por el Santuario de Loyola, construido a partir de la casa natal de San Ignacio de Loyola (fundador de los Jesuitas). Sin embargo, va mucho más allá de eso, ya que su casco urbano es uno de los más bonitos de toda la provincia.

En este artículo os vamos a enseñar qué ver en Azpeitia. Estamos seguros de que os va a encantar y de que más pronto que tarde acabaréis haciendo la visita.

Un destino histórico, religioso y cultural

Azpeitia fue fundada en 1310 por Fernando IV de Castilla, atraído por la riqueza del Valle de Iraurgui. Su riqueza fue ciertamente problemática, ya que, prácticamente desde su fundación, el pueblo se vio envuelto en todo tipo de conflictos. Algunos por su control, otros porque no había más remedio (como en 1520, cuando se pusieron de parte del bando comunero en la Guerra de las Comunidades).

En los siglos XVI y XVII se experimentó un gran crecimiento debido al auge de las ferrerías (instalaciones en las que el mineral del hierro se transforma en metal). De hecho, a día de hoy existe una gran siderúrgica que es heredera directa de ese tiempo.

Sin embargo, más allá de sucesos históricos o económicos, lo cierto es que Azpeitia se sitúa en un lugar privilegiado del mapa religioso mundial. El pueblo es el lugar de nacimiento de San Ignacio de Loyola, el fundador de la influyente Compañía de Jesús. Se podría decir que es uno de los lugares de peregrinaje obligado para los católicos de todo el planeta.

Vayáis por ver el casco histórico, por motivos de fe o simplemente por disfrutar de los pintxos de Azpeitia (otra clase de religión), lo cierto es que estáis ante uno de los principales destinos turísticos de todo el País Vasco. Seguid leyendo, que hay mucho que contar sobre él.

Turismo en Azpeitia

Santuario de Loyola

La principal visita que se puede hacer en Azpeitia es el Santuario de Loyola. De hecho, la mayor parte de los turistas que van hasta el pueblo se limitan a ver este conjunto monástico y siguen con su camino. Ojo: no está en el centro, sino a unos dos kilómetros del mismo.

El Santuario de Loyola es un impresionante conjunto histórico-artístico en el que una enorme cúpula de 65 metros de altura es la principal seña de identidad. El edificio principal es de estilo barroco, al cual se accede a través de unas enormes escaleras imperiales. La basílica es del mismo estilo.

Podéis visitar las diferentes dependencias de los edificios, ya sea con visita guiada o utilizando una audioguía. El conjunto monástico se creó alrededor de la Casa Natal de San Ignacio de Loyola, pero su abuelo fue desterrado y el edificio original desmochado. Dicho de otro modo: la casa actual no tiene nada que ver con la original.

Por cierto, no podéis iros de allí sin dar un paseíto por sus preciosos jardines.

Ayuntamiento

Ya en el centro del pueblo, un buen punto de partida para hacer un recorrido es el propio edificio del Ayuntamiento de Azpeitia. Se trata de un edificio de comienzos del siglo XVIII, destinado originalmente para un Convento de Agustinos. Sin embargo, tras la desamortización de Mendizábal pasó a manos municipales, que decidieron convertirlo en la casa consistorial del pueblo.

Palacios y casas nobiliarias

Si algo está claro en Azpeitia es que paseando por sus calles veréis muchos palacios y casas nobiliarias. La lista es prácticamente infinita: la Casa Altuna, la Casa Basozabal, el Palacio Antxieta, la Casa-Torre de Enparan

Museo del Ferrocarril

Si vais con niños o si os gustan tanto los trenes como a Sheldon Cooper, el Museo del Ferrocarril de Azpeitia es una visita imprescindible. En sus instalaciones podéis ver decenas de trenes distintos, así como toda clase de objetos relacionados con la cultura ferroviaria: relojes, documentación, indumentarias… Está en la antigua Estación del Urola, y en los días buenos pone en marcha trenes históricos para recorrer pequeños tramos de la antigua línea que unía Zumaia y Zumárraga.

Iglesia de San Sebastián de Soreasu

Aunque el Santuario de Loyola parece eclipsarlo todo, en el centro de Azpeitia hay sitio para otro estupendo conjunto religioso. Nos referimos a la Iglesia de San Sebastián de Soreasu, cuyo origen bien podría ser templario. Sin embargo, no está del todo claro por las innumerables reformas a las que se le ha sometido. Lo más llamativo de esta iglesia es que tiene hasta 8 capillas, además de la pila en la que se bautizó a San Ignacio de Loyola.

Antiguo Lavadero Municipal

Al ladito de la iglesia se encuentra el Antiguo Lavadero Municipal, construido en 1842. Aunque hoy en día ha perdido su uso, durante algo más de un siglo fue uno de los mayores lavaderos de toda la Península Ibérica, pues cuenta con 20 albercas y una gran piscina central.

Convento y Ermita de Nuestra Señora de Olatz

Terminamos volviendo a las afueras, en este caso para hablar del Convento y Ermita de Nuestra Señora de Olatz. Es un templo del siglo XIII que, pese a que vive a la sombra del Santuario de Loyola, también es realmente impresionante. Sin duda, no podéis iros de Azpeitia sin visitarlo.

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