Asilah (Arcila en castellano) tiene mucho que ver y hacer, tanto que fue la ciudad que más nos gustó del norte de Marruecos. Es un destino sobradamente conocido e íbamos con las expectativas muy altas, pero aun así todas las previsiones fueron superadas. Se da la circunstancia de que nos sorprendieron a partes iguales tanto su peculiar medina como su ajetreadísima zona europea, haciendo que exprimiésemos hasta el último instante allí. Es un sitio fácil de visitar y en el que a la vez es muy difícil perderse cosas importantes, por lo que os recomendamos que leáis esta guía turística con mucha atención.
Tabla de contenidos
La ciudad más animada del norte de Marruecos
Que Asliah sea un sitio tan guay tiene mucho que ver con su trepidante historia. En una zona poblada desde antiguo por púnicos, mauritanos y colonos romanos surgió, en la Alta Edad Media, un emirato independiente. Este se integró después en el imperio omeya, pasando después también a estar bajo influencia almorávide, almohade y meriní. Posteriormente fue ocupada por portugueses y después por españoles. Durante el primer cuarto del siglo XX fue el lugar en el que el controvertido El Raisuni estuvo intrigando para intentar dominar el norte de Marruecos (e incluso el país entero).
A todas esas idas y venidas, que dejaron un ambiente multicultural y diverso, hay que añadirle que desde hace ya muchas décadas Asilah es uno de los principales destinos turísticos de Marruecos, tanto a nivel interior como de visitantes extranjeros. Esto se debe a su coqueta medina, pero también a sus fantásticas playas y a su deliciosa propuesta gastronómica. Hay que tener en consideración también que es ciudad universitaria y que alberga festivales internacionales de todas las disciplinas que se puedan imaginar, por lo que pasan cosas allí los 365 días del año.
De primeras la visita a Asilah puede parecer compleja, ya que su medina es alargada, con apenas tres accesos y con muchísimas cosas que ver. Además, la zona del ensanche es enorme y parece inabarcable en una sola jornada. Sin embargo, os aseguramos que media jornada es tiempo más que suficiente para sacarle todo el jugo a este divertido destino.
Turismo en Asilah
Medina
Calles, callejones, callejuelas…
¿Listos para acompañarnos en un largo recorrido por todo lo que ver en la medina de Asilah? Lo primero que tenéis que saber es que, contra todo pronóstico, no es la típica medina. Tiene un aire andalusí único, en el que por doquier os encontraréis con pequeñas casitas lacadas y con puertas estupendas. Da la típica sensación de laberinto que cabría esperar de una ciudad musulmana, pero en este caso las calles son más anchas y claras de lo habitual.
También se da la circunstancia de que abundan las plantas. Prácticamente en cada rincón y en cada casita veréis macetas aportando un toquecito verde a vuestro paseo. Si a eso se le suma la magnífica propuesta de Asilah en cuanto a arte urbano, el resultado no podría ser más acogedor.
Recorrer la medina es sencillo. Además, al haber solo tres accesos, las calles principales están claramente orientadas hacia la salida. ¡Es casi imposible perderse!
Murallas y puertas
De hecho, las murallas de Asilah son un atractivo turístico en sí mismo, algo que siempre hay que ver allí. No solo por lo bonitos que son los lienzos de piedra que la componen (que también), sino porque a sus pies veréis casitas, comercios y parques de lo más interesantes.
Como ya hemos dicho, hay tres puertas. Serían, de este oeste, las siguientes:
- Bab al Kasbah: comunicaría la zona antigua con el paseo marítimo, el puerto y la playa.
- Bab el Homar: con su característica torre redonda y dando acceso a la zona de zocos más interesante.
- Bab el Bahar: la menos interesante, aunque acabaréis pasando por ella.
Mercados
Como no podía ser de otro modo, muchas de las calles de la medina de Asilah registran una gran actividad comercial. Es cierto que es una ciudad especialmente tranquila, pero algunas calles son súper bulliciosas. En ellas podréis comprar casi cualquier cosa, siempre pasando por el ritual del regateo tan característico de los zocos marroquíes.
A modo de referencia, las calles y callejones más cercanas a las murallas suelen tener puestos desde primera hora del día hasta bien entrada la noche.
Palacio de Raisuli
El Palacio de Raisuli (lo encontraréis también escrito como Palacio Raissouni o Raisuni) está en el corazón de la medina, pegadito al mar, pero bien merece una mención aparte. Parece muy antiguo, pero realmente fue construido a comienzos del siglo XX. Su impulsor fue El Raisuli, un enigmático personaje que llegó a dominar el norte de Marruecos e incluso se atrevió a conspirar para hacerse con el control de todo el país. En la actualidad hace las veces de Palacio de la Cultura, por lo que no resulta extraño encontrar en su interior exposiciones de pintura o conciertos.
Espigón de la Torre de San Francisco
El lugar más fotografiado y emblemático de la medina de Asilah, un sitio que siempre hay que ver, es el espigón de la Torre de San Francisco. Es el centro de reunión de turistas y locales, un espacio en el que todo puede pasar. Junto a él tan pronto veréis músicos callejeros como a vendedores de dulces, así como a artistas ofreciendo sus creaciones.
La zona del espigón como tal os ofrecerá unas vistas únicas de la ciudad y de la costa. Además, nunca faltan los chavales que quieren demostrar sus dotes en el noble arte de arriesgar la columna vertebral de manera innecesaria. Dicho de otro modo: es normal ver a gente saltar desde el espigón hacia el agua.
Mirador de Caraquia
Otro punto muy fotografiado y que siempre hay que ver en Asilah es el Mirador de Caraquia. Está junto al extremo suroeste de la muralla y os dará una bonita vista de la playa de la ciudad, de la que hablaremos en seguida.
Galerías de arte
Antes, queremos hacer una mención a la interesante propuesta cultural de la ciudad. La medina de Asilah está repleta de galerías de arte, en las cuales podréis entrar de manera gratuita. En ellas podréis disfrutar de sus obras e incluso adquirirlas, siempre a un precio razonable. Algunas paradas que deberíais hacer son Art Gallery Bakkali, Monassilah o La Mega de Youcha.
Arte urbano
Y, habiendo galerías de arte, seguro que no os sorprende que Asilah sea toda una potencia en cuanto a street art se refiere. Aunque vimos un montón de obras, sin duda nuestra favorita fue Ceramic Mandala (bautizado por nosotros como La Puerta de las Manos): una creación de la artista Marta de Pablo, elaborada durante el festival de arte que se celebró en 2017. Es fácil localizarla, ya que está cerquita del agua, en una de las zonas más visitadas de la medina. Llegaréis casi sin querer.
Playa y Café Daya
En el extremo oeste de la medina, más allá de sus muros, está la Playa de Asilah. Es un espacio tirando a salvaje y en el que podréis daros un buen baño si el tiempo lo permite. Quizá la mejor manera de disfrutar de ella es tomando un té en el famoso Café Daya, el cual está junto a la propia playa.
Zona europea
Avenue Hassan II y Rue Inb Batouta
Una vez hayáis visitado la medina, os recomendaros dar un paseo por la antigua zona europea. Quizá sea menos exótica, pero en nuestra opinión tiene mucho que que ver y es básica para hacerse una idea de la realidad de Asilah. Os recomendamos encarecidamente la vía formada por Avenue Hassan II y Rue Ibn Batuta, que básicamente transcurre en paralelo al tramo más largo de la muralla. En ella encontraréis mil restaurantes y tiendas, con un ambientazo más que notable sobre todo cuando cae el sol.
Ojito con la Avenue Hassan II, que a la altura de la Bab Homar (junto al Mercado de Ahfir) se desdobla y se adentra en la zona francesa, alejándose en perpendicular de las murallas. Ahí se vuelve aun más guay, con restaurantes a mejor precio y tiendas mucho más auténticas. Nosotros nos comimos un shawarma en el Restaurant Sicq y tenemos que decir que salimos encantados, tanto por calidad como por precio.
Place Zallaka
Si buscáis restaurantes un poco más fancy, lo mejor es que vayáis a la Place Zallaka. Está en el extremo noreste de la medina y en ella encontraréis los establecimientos con más solera. En algunos (como en los españoles) se puede beber cerveza y vino, algo que no es tan habitual en Marruecos.
Avenue Abdel Mohamed Ben Ali
Si os apetece un toquecito verde, podéis ir a pasear por la Avenue Abdel Mohamed Ben Ali, que transcurre entre dos enormes parques. Por las tardes veréis varios puestos con señoras vendiendo platos de caracoles recién cocinados.
Paseo marítimo
Y, para terminar, en la Avenue Moulay Hassan Ben Mehdi os espera un larguísimo paseo marítimo. Nosotros no lo recorrimos en demasía, pero tiene fama de ser muy animado.
Dónde comer en Asilah
No faltan las opciones para comer en Asilah. Eso sí, la zona por antonomasia se encuentra entre la muralla y la parte francesa, con una interminable sucesión de restaurantes que se agolpa a ambos lados de la Avenue Hassan II. Eso sí, armaos de paciencia, pues son los típicos sitios en los que os abordará un comercial/camarero ofreciendo sus tarifas de manera un poco cansina.
También podéis recurrir a restaurantes tradicionales (de esos en los que solo comen locales) y puestos callejeros, los cuales están normalmente repartidos por las diferentes calles de la medina. En todos ellos podréis comer a un precio muy económico.
Mapa turístico de Asilah
Como de costumbre, rematamos el post con Google Maps. En este caso, aquí va un mapa turístico con todo lo que ver en Asilah. Os hemos marcado básicamente las tres puertas de la muralla y algunos lugares clave, como el Ceramic Mandala o la Torre de San Francisco. El resto tendréis que descubrirlo a pie, tirando de intuición.