Con tan solo una letra, Å (pronunciado con un sonido entre la «a» y la «o») puede presumir de ser el pueblo con el nombre más corto del mundo. Además, esta pequeña y coqueta localidad de las islas Lofoten puede sacar pecho por muchas otras cosas: un casco histórico sensacional, su deliciosa tradición pastelera, personalidades ilustres… En este artículo os contamos qué ver y qué hacer en un destino cuya visita puede parecer confusa de primeras, pero que no entrañará ninguna complicación si leéis con atención.
Tabla de contenidos
El inicio (o el fin) de la Lofoten Scenic Road
Todo en esta vida tiene un principio y un final. En el caso de la Lofoten Scenic Road (E10), la carretera que recorre el archipiélago de las Lofoten de extremo a extremo, A supone el punto más meridional. Es decir, será vuestra primera parada si estáis entrando a la zona mediante el ferry de Bodo a Moskenes o la última si vuestro viaje viene desde el norte.
Sea como fuere, parar en Å siempre es recomendable. Eso sí, vaya por delante que nos sorprendió la poquita información que encontramos sobre un sitio tan turístico. La primera duda venía sobre la visita en sí misma, ya que en algunos sitios veíamos que es un pueblo de pago (como Nusfjord) pero en otros no. Finalmente vimos que moverse por la urbe es totalmente gratis, pero que el acceso a muchos edificios requiere de entrada (10€ por persona).
Por otro lado, no sabíamos muy bien dónde aparcar, algo que no podría ser más fácil. Simplemente hay que continuar por la carretera hasta el final de la misma, que básicamente acaba en un enorme aparcamiento (situado justo después del Túnel de Å o Atunellen). Desde el parking apenas hay que caminar 5 minutos hasta el mismo centro.
Por cierto, una curiosidad. Hank von Hell, el mítico cantante de Turbonegro (una de las bandas de rock noruegas más famosas de todos los tiempos) nació en Å. Tristemente fallecido en Oslo, siempre será recordado por los años más gloriosos del grupo.
Para nosotros, Å fue una de las últimas paradas del viaje por las Lofoten. Disfrutamos de un día precioso y soleado, pero a la vez bañado en nostalgia. En cualquier caso nos pareció una pasada, lo recorrimos todo en un par de horas y disfrutamos como niños.
Turismo en Å
Casco histórico
Como ya hemos dicho, visitar Å no tiene ningún misterio. El pueblo en sí es una monada, con tres o cuatro callecitas dispuestas alrededor de un pequeño puerto. Tiene todo lo que cabría esperar de un pueblo pesquero de las Lofoten, con las típicas casitas de pescadores de colores asomándose al mar.
La visita es gratuita, pero si queréis entrar a la mayor parte de los edificios deberéis pagar. Son 10€ por persona, mediante los cuales os pondrán una pegatina identificativa. La visita en sí es un museo, el Museo del Pueblo Pesquero Noruego o Fiskevaersmuseum. ¿Merece la pena? Pues como todo en las Lofoten: ya que estáis allí os recomendamos pagar, ya que es una vez en la vida, pero tampoco esperéis cosas absolutamente loquísimas.
Al margen de los edificios de pago (de los que luego hablaremos) en el pueblo hay muchos otros que podréis ver por fuera: un par de manorhouses, un almacén, instalaciones en el muelle… Prácticamente todos ellos están señalizados mediante unos pequeños carteles, en los cuales se dan unas pocas pinceladas sobre su historia.
Os recomendamos ir hasta uno de los extremos de Å, señalizado en Google Maps como Viewpoint, ya que desde allí disfrutaréis de la mejor panorámica del pueblo.
Tienda / Recepción
Yendo desde el aparcamiento, uno de los primeros edificios que veréis es la Tienda / Recepción. En ella podréis comprar las entradas para visitar el resto de edificios, además de souvenirs diversos e incluso de poder contratar excursiones. Tiene también un pequeño supermercado, por lo que podréis haceros con víveres en caso de necesitarlos.
Pastelería
Por muy bien equipados que vayáis o aunque acabéis de comer, en Å se os despertará el apetito. Y es que una de las principales señas de identidad del pueblo es su Pastelería, la mítica Bakeriet pa Å. Puede presumir (y de hecho lo hace) de tener los mejores rollitos de canela o cinnamon rolls de todas las islas Lofoten. Se pueden comprar por 5€ la unidad y se entregan en un sobre en el que viene la receta, por si queréis replicarla en casa.
Si por un casual la pastelería estuviese cerrada o no les quedase género, en el resto de establecimientos del pueblo siempre tienen unas pocas unidades. Os recomendamos ir en su búsqueda, sus rollitos de canela son realmente excelentes.
Oficina de Correos
Visita imperdible (aunque de pago) es la vieja Oficina de Correos de Å. Tiene una pequeña exposición, en la cual podéis ver cómo eran este tipo de sucursales en lugares tan remotos del norte de Noruega. Además, desde allí mismo podréis enviar cartas, que por supuesto llegarán a casa con el matasellos de las Lofoten.
Casa del Pescador
También podéis entrar a la Casa del Pescador, donde veréis una infinidad de útiles relacionados con la explotación de los recursos marinos: pesca, salazón, conservas… Pensad que hasta muy finales del siglo XX el pueblo se dedicaba casi en exclusiva a ello. Hoy en día el turismo lo ha devorado todo, pero aun son muchos los que recuerdan los días en los que todo estaba relacionado con salir a jugarse el tipo a mar abierto.
Muelle
Una de las zonas con más encanto de Å es su Muelle. Allí podéis encontrar algunos edificios interesantes, como la Boat House, pero también unas vistas excepcionales al otro lado de la bahía.
Fábrica de aceite de pescado
Por allí mismo podréis visitar una pequeña Fábrica de aceite de pescado, la cual se ha mantenido casi intacta. Incluso tienen producto a mitad de elaboración, a la cual podéis contribuir si os da por remover en un extraño barril.
Herrería
En Å también hay una Herrería, aunque tenemos que reconocer que nos supo a poco después de haber visitado al herrero de Sund. En cualquier caso, la actividad desarrollada en el edificio era clave para el día a día en un pueblo tan vinculado a la pescado.
Iglesia
Como no podía ser de otro modo, en Å tenéis una pequeña Iglesia. Eso sí, está en un lugar tirando a apartado, no parece recibir muchas visitas y no es posible verla por dentro.
Museo del Bacalao (Torrfiskmuseum)
Una vez terminéis vuestra visita al centro de Å, todavía os quedarán por ver un par de cosas más. Lo primero es el Torrfiskmuseum, un enorme Museo del Bacalao que pone en valor todo lo relacionado con la producción de pescado seco en Noruega. Está en un antiguo edificio para el desembarque de pescado, en el cual se ha montado una exposición fascinante.
Señal de tráfico
Por último, en dirección norte os encontraréis con la señal de tráfico que indica el propio nombre de Å. No es más que eso, una señal vertical, pero es frecuente que los viajeros se paren a inmortalizarla. Al fin y al cabo, no todos los días se visita un pueblo de una sola letra.