Secondary Security Screening Selection (o, en español, Selección de Segundo Control de Seguridad). Ese es el significado de las siglas SSSS, un código que puede aparecer misteriosamente en vuestra tarjeta de embarque hacia Estados Unidos y que os otorga un premio de lo más incómodo: un control mucho más a fondo antes de subir al avión. En este artículo os contamos más sobre este engorroso sistema y qué podéis esperar de la experiencia si os toca vivirla.
La lotería que nadie quiere ganar
Como prácticamente todo el mundo, nosotros no sabíamos nada de las siglas SSSS hasta que nos tocó lidiar con ellas. Fue durante un vuelo entre Lisboa y San Francisco, cuando en la tarjeta de embarque de uno de nosotros aparecieron las terribles cuatro eses. No les prestamos ninguna atención hasta que le dimos nuestra tarjeta de embarque al personal de la aerolínea, nos miró con cara de pena y nos dijo que teníamos que ponernos en una fila distinta para un control adicional.
Este es el mecanismo que utiliza la TSA (Transportation Security Administration o Administración de Seguridad en el Transporte) para incrementar la seguridad en los vuelos hacia Estados Unidos. La teoría dice que la selección de los pasajeros que deben pasar este control adicional es aleatoria, pero internet está lleno de teorías al respecto. Como si fuese la lotería de Los Juegos del Hambre, determinadas acciones pueden hacer que tengas más posibilidades de que te toque:
- Haber comprado el billete con poca antelación
- Que tu vuelo de ida y tu vuelo de vuelta salgan de aeropuertos distintos
- Haber hecho escala en algún país raro o polémico (a ojos de Estados Unidos)
- Haber viajado a un sitio así en los años precedentes a tu viaje
En nuestro caso, tenemos la teoría de que esto nos pasó por haber ido a Argelia, un país musulmán al que los europeos no suelen viajar. Sin embargo, no podemos confirmar esto al 100%, ya que viajamos habitualmente y no sabemos qué cosa hizo dar un saltito al algoritmo.
¿Qué hacer si pone «SSSS» en la tarjeta de embarque?
Lo primero es mantener la calma. Cuanto más nervioso te pongas o más sospechosa sea tu actitud, más complejo será este segundo control. Calculad que puede durar entre 15 minutos y una hora, por lo que si vais a Estados Unidos conviene que os presentéis con mucha antelación en el aeropuerto. En nuestro caso estábamos haciendo una escala en Lisboa desde Madrid, por lo que tampoco podíamos haber llegado mucho antes.
Este control es mucho más exhaustivo a dos niveles. Por un lado, a nivel físico es absolutamente engorroso: os abrirán la mochila para mirar hasta la última camiseta que llevéis, examinarán a fondo todos los dispositivos electrónicos, os harán quitaros los zapatos, pasaréis por detectores de metales, os harán un escáner corporal, os cachearán, os pasarán test por manos y pies por si habéis estado en contacto con explosivos o drogas… Vamos, una fiesta.
Por si eso fuera poco, luego está la inspección a nivel intelectual. Os harán un millón de preguntas sobre el viaje, vuestras intenciones en el país, vuestra trayectoria viajera o vuestra vida privada. Obviamente deberéis responder a todo con calma y con una sonrisa, salvo que os apetezca enredaros más de la cuenta y arriesgaros a perder el vuelo. No hace falta decir que todo esto se hace en inglés, así que buena suerte si no os apañáis del todo bien con la lengua de Shakespeare.
A modo de curiosidad, nuestra SSSS fue bien… hasta que abrieron un bolsillito en el que llevábamos un Pasaporte de LEGO. Se trata de un pequeño cuaderno en el que te van poniendo sellos en las tiendas del popular fabricante de bloques de construcción. Los policías no lo habían visto en su vida y en su cabeza se activó el chip de documentación falsa. Por suerte, pudimos explicarles lo que era y nos lo devolvieron con una sonrisa.
En resumen, si os toca ser SSSS, lo mejor que podéis hacer es tener paciencia, sonreír y responder a todo con serenidad. Claramente no sois terroristas, así que vuestra mayor intención tiene que ser no parecerlo.
