Céntrico, enorme y realmente bonito. Así es el Parque Sempione, una de las zonas verdes más interesantes de Milán. La antigua Pizza d’Armi de la ciudad dejó paso a un enorme bosque en el que es posible encontrar miles de árboles, decenas de kilómetros para pasear y un montón de edificios interesantes. No os perdáis la visita a este pulmón verde ubicado a los pies del impresionante Castello Sforzesco.
Un jardín inglés en el corazón de Milán
Hay sitios que parecen haber estado siempre ahí, pero que en realidad no son tan antiguos. Es el caso del Parque Sempione, pues hasta 1890 no era más que una plaza que se utilizaba para ejercicios militares. Fue en ese momento cuando se dieron cuenta de que tenían casi 400.000 metros cuadrados sin utilizar en el corazón de la ciudad y pusieron en marcha el proyecto. Eso sí, hasta 1906 no se le dio el nombre actual.
El principal responsable del parque fue el arquitecto Emilio Alemagna, que trabajó incansablemente para dotar a Milán de unos jardines al gusto inglés (la moda imperante en ese momento). Así, a lo largo y ancho del Parque Sempione disribuyó zonas de césped, arboledas, estatuas e incluso un pequeño lago artificial.
La visita al Parque Sempione es imprescindible, al menos en nuestra opinión. Si no tenéis demasiado tiempo podéis conformaros con una panorámica del mismo desde la parte trasera del Castello Sforzesco, pero pensamos que merece la pena bajar hasta él y perderse por su interminable red de caminos. Es cierto, que no todas las zonas son iguales, pues aunque la mayor parte es súper acogedor también hay algunos tramos algo más abandonados. De hecho, en algunos sitios se puede comprar hierba, pero no de la que se pisa. No obstante, no vamos a crucificar al Parque Sempione de esto: prácticamente toda las grandes zonas europeas tienen estos claroscuros.
40 hectáreas que dan para mucho
El Parque Sempione tiene mucho que ofrecer al viajero. Pensad que en su interior también se encuentran alguno de los edificios más destacados de Milán:
- La Trienal: una fundación centenaria que cuenta con un vanguardista museo y que organiza exposiciones de gran prestigio.
- Aena Civica: un anfiteatro que actualmente está dedicado tanto al deporte como a la realización de conciertos. A modo de curiosidad, Napoleón asistió a su inauguración.
- Acquario Civico: si os interesa la vida bajo el agua, allí podréis contemplar más de cien especies diferentes.
Sin embargo, tenemos que decir que nosotros disfrutamos especialmente de sus zonas verdes. Milán en ocasiones es una ciudad demasiado ajetreada, en la que parece no haber respiro entre tanto asfalto y tanta gente. Por eso, agradecimos un montón poder caminar entre ardillas y resguardarnos del calor bajo frondosas copas de árboles.
Para el final hemos dejado el Arco della Pace, ubicado en el extremo noroeste del parque (justo en el lado opuesto del Castello Sforzesco). Es un arco de la paz absolutamente impresionante, cuya construcción duró varias décadas. No os podéis ir de Milán sin visitarlo.