Oh Bej! Oh Bej! es el evento por excelencia de la Navidad en Milán. Se trata de un enorme mercado al aire libre en el que conviven antigüedades, productos navideños y propuestas gastronómicas procedentes de toda Italia. Es un hito en las fiestas milanesas, ya que normalmente dura… ¡Apenas dos o tres días! Y es que el Oh Bej! Oh Bej! se celebra alrededor de San Ambrosio, el patrón de la ciudad, que es el 7 de diciembre.
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Celebrando la Navidad desde el año 1288
Pocas celebraciones a nivel mundial son tan añejas como este mercado milanés. Todo comenzó en el año 1288, cuando se comenzaron a hacer festejos en honor del patrón de la ciudad: San Ambrosio. En cualquier caso, el nombre del mercado se debe a un suceso ocurrido en 1510.
Fue en ese año cuando Giannetto Castiglione fue enviado a Milán por el papa Pío IV, que quería dar un poco de lustre al cristianismo en la ciudad. No es que fuese la urbe más pía del momento, así que el bueno de Giannetto tenía miedo de que le ningunearan al llegar. Su venida coincidía con la festividad de San Ambrosio, por lo que imaginaba que los milaneses estarían a sus cosas y no le darían ni las buenas tardes. ¿Qué hizo? Apostó fuerte y se presentó en Milán cargado de todo tipo de regalos.
Tirando de populismo, decidió centrarse en los más pequeños y regalar tanto dulces como juguetes a todos los que se acercaron a él. Tan fue así que llegó a la Basílica de San Ambrosio rodeado de una auténtica multitud, que gritaba todo el tiempo «oh bej! oh bej». Esto, en el dialecto milanés del idioma italiano, significa algo así como «qué bellos» o «qué lindos», pues la gente estaba flipando con los presentes que se estaban distribuyendo.
Y así fue como una tradición con más de trescientos años (el culto a San Ambrosio) se actualizó con un suceso fortuito (la llegada de Giannetto) para crear una especie de fiesta de artesanía, que con el tiempo se tradujo en la compraventa de antigüedades y productos navideños.
Antigüedades y productos navideños, mano a mano
En los primeros siglos, el mercado se celebró en la preciosísima Piazza Mercanti (a escasos metros del Duomo). En el siglo XIX se transfirió a la Plaza de San Ambrosio, donde se mantuvo hasta el año 2006. En ese momento se produjo un nuevo cambio, que por el momento sigue vigente. Así, en la actualidad se celebra en el Foro Buonaparte, que viene a ser la zona que rodea el Castello Sforzesco y que se dentra en el Parque Sempione.
La fecha varía, pero siempre uno de los dos días del Oh Bej! Oh Bej! coincide con San Ambrosio (7 de diciembre). Pocas cosas hay más milanesas que echar la mañana en este mercado y después ir a casa a poner el árbol de navidad. No se puede montar semejante tinglado para una jornada, así que el mercado normalmente se prolonga dos o tres días más. Un año bueno puede ser de 4 días, por ejemplo del 7 al 10 de diciembre. ¡Mirad las fechas antes!
En cualquier caso, en este mercado navideño os esperan decenas (si no cientos) de puestos. Su temática está repartida, más o menos, en tres grupos de igual tamaño:
- Puestos de antigüedades: desde viejos vinilos hasta objetos de casa, pero siempre de segunda mano (como mínimo).
- Artículos navideños: calcetines, bolas de nieve, adornos para el árbol…
- Comida: es imposible un mercado en Italia sin muchos puntos para comer. En Oh Bej! Oh Bej! os esperan pizzas, frituras e incluso castañas asadas.
Un mercado navideño en versión pop up
Merece muchísimo la pena ir al Oh Bej! Oh Bej!, aunque sea un evento de apenas unos días. Es un mercado navideño diferente: mucho menos cuqui que los típicos del centro de Europa, pero a la vez súper auténtico. Es como si los milaneses se esforzasen en hacer un evento navideño en el que quedase claro que se está en la ciudad de la moda.
Si tenéis la suerte de que vuestro viaje a Milán coincide con el Oh Bej! Oh Bej!, no dudéis en hacer la visita. Os aseguramos que será una experiencia súper enriquecedora.