Internet está repleto de completas guías sobre el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, con muchísima más información de la que vais a encontrar en este artículo. Si queréis una visión súper completa de la institución, sin duda deberíais acudir a esos artículos. Sin embargo, si lo que queréis es una guía sencilla para visitar el museo, estáis en el lugar indicado. Aquí os vamos a dar unas pinceladas sobre su historia, os vamos a contar cómo debería ser una primera visita al mismo, haremos referencia a sus exposiciones temporales y por último nos rasgaremos las vestiduras al pensar en sus abusivas tarifas. Dicho de otro modo: aquí os traemos una guía para principiantes, de cara que podáis acudir al museo con las ideas claras y con todo lo necesario para aprovechar vuestro tiempo en él.
Tabla de contenidos
La tercera pata del Triángulo del Arte
El Museo Thyssen (así es como le llamamos todos los madrileños, sin tanta rimbombancia) surgió a finales del siglo XX. España acordó alquilar (y posteriormente comprar) el grueso de la colección privada de la familia Thyssen-Bornemisza, una larga estirpe de empresarios alemanes que llevaba casi dos siglos amasando su fortuna a partir de la producción de acero y de material bélico.
Esta iniciativa formaba parte de un plan mayor, pues el Estado español quería complementar sus colecciones artísticas. Al todopoderoso Museo del Prado (maestros antiguos) y al recientemente creado Museo Reina Sofía (maestros modernos) se le sumaba la ecléctica colección de los Thyssen-Bornemisza, aportando la obra de decenas de artistas ausentes hasta entonces.
Estos tres museos, separados entre sí por apenas dos calles, vinieron a configurar lo que antaño se conocía como Triángulo del Arte, un área que posteriormente ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Así, la zona entre el Paseo del Prado y el Parque de El Retiro ha obtenido ese galardón como un pack, conocido como Paisaje de la Luz. 200 hectáreas con más de 100 elementos entre los que brilla con luz propia, como no podía ser de otro modo, el Museo Thyssen.
Cómo visitar el Thyssen-Bornemisza
Recorrido por la exposición permanente
Es un crimen ir a la capital y no dejarse caer por sus salas, aunque solo sea para un recorrido ligero por sus principales obras. Y es que el Thyssen es un museo amplio y diverso, con casi 60 salas solo de la exposición permanente. Podéis dedicarle una jornada completa o simplemente hacer un recorrido de un par de horas, ya sea paseando de una en una o siguiendo recorridos temáticos.
Un consejo importante para principiantes es que el Thyssen se visita de arriba a abajo, no de abajo a arriba (como sería habitual). Así, en la planta segunda tenéis las primeras 29 salas, en las que encontraréis obras desde el siglo XIV hasta el siglo XIX. Allí os esperan los primitivos italianos, retratos del renacimiento, pintura flamenca y holandesa… La lista de autores es infinita: Jan van Eyck, Durero, Tiziano, El Greco, Tintoretto, José de Ribera, Zurbarán, Murillo, Rubens, Jan Brueghel el Viejo, Rembrandt, Canaletto…
La planta primera está dedicada fundamentalmente a los siglos XIX y XX, aunque también hay un poquito del siglo XVIII (para las relaciones trasatlánticas) y espacios para exposiciones temporales. Sea como fuere, en esta zona no faltan titanes de la talla de Manet, Monet, Pissarro, Van Gogh, Gauguin, Toulouse-Lautrec, Matisse, Juan Gris o Picasso.
Exposiciones temporales, siempre una buena excusa para ir
Siendo de Madrid, resulta más o menos habitual ir al Thyssen un par de veces al año. Así se puede disfrutar del grueso de las exposiciones temporales, ya que normalmente son muy ambiciosas y permanecen varios meses en cartel. De este modo, yendo más o menos en el primer y el tercer trimestre se pueden ver todas ellas.
¿Qué decir de las exposiciones temporales? Suelen convivir tres: una principal (normalmente dedicada en exclusiva a un artista o a un movimiento), una más chiquitita (compartiendo salas con la exposición permanente) y una súper experimental (en la planta baja). Cuando se compra la entrada para la exposición más grande se incluye también el acceso a la colección permanente y al resto de exposiciones, por lo que siempre es recomendable pasarse… aunque solo sea para echar un vistazo.
El jardín y las terrazas, paradas obligadas
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza está ubicado en el estupendo Palacio de Villahermosa, una construcción del siglo XVIII de estilo neoclásico. Tiene tres plantas y sus fachadas predominan tanto el ladrillo como el granito. Recuerda bastante al cercano Museo del Prado.
Su fachada principal es la que da a los jardines (pese a la creencia popular de que es la otra), por la cual se accede en la actualidad. Ya sea a la que entráis o a la que os vais, no estaría de más que echaseis un ojo a ese pequeña zona verde, ya que es súper chula. Además, allí mismo están Las Terrazas del Thyssen, un espacio gastronómico en el que podéis disfrutar de cocina vanguardista a casi cualquier hora del día.
Tarifas y horarios
El precio: el principal punto negativo del museo
Lo peor del Museo Thyssen es, sin lugar a dudas, su precio. ¿En qué universo está bien que la entrada a un museo cueste 18€? No hay derecho. Recordemos que el museo es gestionado por una fundación, que a su vez es controlada por un patronato… ¡bajo control estatal! Es decir: si el museo es nuestro, no deberíamos pagar esa fortuna por ir a verlo. Nosotros tenemos la suerte de poder permitirnos la entrada, pero lamentablemente no todo el mundo puede. Pensemos en una familia con dos hijos: ¿72€ por una mañana en el museo? Seguro que les sale más barato ir al Parque de Atracciones.
Nos arde el pecho de pensarlo, la verdad. Es cierto que hay fórmulas para entrar a precio reducido (por ejemplo, los clientes de la Mutua Madrileña tienen un dos por uno y los de Mastercard pueden ir gratis los lunes). Sin embargo, seguimos insistiendo en que es una locura que el acceso a esas obras de arte cueste casi 20€ por cabeza. Encima, para que no tengan ni planos impresos.
Horario de apertura
Aquí van los horarios de apertura del Museo Thyssen-Bornemisza:
- Lunes: de 12:00 a 16:00
- Martes a domingo: de 10:00 a 19:00
Las exposiciones temporales más ambiciosas hacen que se amplíe el horario los viernes y sábados por la noche, pero hay que informarse antes de ir.
Consejos para visitar el Thyssen-Bornemisza
Por último, aquí os dejamos unos cuantos consejos para visitar el museo:
- Es recomendable comprar las entradas con antelación, ya que os evitaréis largas esperas. Esto es especialmente recomendable si hay alguna exposición temporal, ya que incluso podría darse el caso de que vayáis y esté el museo cerrado.
- Llevad ropa y calzado cómodos, ya que hay que nadar mucho por el interior del museo.
- El guardarropa es vuestro aliado, tanto si vais con abrigo como si estáis con una mochilita. Por cierto, si es vuestro último día en la ciudad y lleváis maleta, también se pueden hacer cargo de ella.
- ¡Mucha paciencia! Los cuadros más populares suelen tener a su alrededor una nube gigante de turistas, por lo que podría ser un poco incómodo. Tened paciencia y aguardad a que llegue vuestro lugar.
- Os recomendamos preparar la visita con antelación. Pensad que es un museo muy grande y que es imposible verlo todo. De hecho, la web del Thyssen tiene un montón de recorridos temáticos, pensando en que cada viajero pueda adaptar la visita a sus intereses.