La Ruta del Banco de Valdemanco, una subida al asiento más alto de la Comunidad de Madrid

Tomad buena nota, porque la Ruta del Banco de Valdemanco es uno de los itinerarios de senderismo más espectaculares que se pueden hacer en la Sierra Norte de Madrid. Con la excusa de llegar al banco de piedra más alto de la región, lo cierto es que transitaréis por un paraje de excepcional belleza y que os dará acceso a unas vistas únicas de la Sierra de La Cabrera. Es un recorrido exigente (más de 13 kilómetros, 735 metros de desnivel positivo) y no apto para principiantes, pero también os podemos decir que es una de nuestras rutas favoritas de toda la serranía madrileña.

De Madrid al cielo… pero descansando en un banco

Este «paseo» (comillas de advertencia) de no menos de cinco horas os llevará desde el pueblo de Valdemanco hasta lo alto del Cancho de las Hornillas, donde hay un banco de piedra que presume de ser el que está a más altura de toda la Comunidad de Madrid. Obviamente no tenemos la certeza de que este dato sea real, pero ni falta que hace: la visita al banco solo es la excusa para recorrer uno de los parajes más impresionantes de las montañas septentrionales madrileñas.

El recorrido está bien señalizado solo en el origen. Una vez echéis a andar, apenas veréis referencias y el camino no es obvio, por lo que os recomendamos llevar un buen GPS y la ruta previamente cargada.

Os recomendamos comenzar en la Plaza de Nuestra Señora del Carmen, donde está el Ayuntamiento de Valdemanco. Aprovechad para ver el pueblo, que es monísimo.

Subiendo por la calle que sale por la derecha de la casa consistorial, siempre en ascenso, abandonaréis el pueblo en dirección a una de las muchas vías pecuarias que atraviesan su término municipal. Es un buen momento para avisaros de que el desnivel es constante: durante toda la ruta, los tramos llanos son bastante escasos.

Otro aviso, en este caso positivo, es que miréis hacia los lados y hacia atrás todo el tiempo. Si algo define a la Ruta del Banco es que ofrece un sinfín de maravillosas panorámicas de los alrededores, siempre con la Sierra de la Cabrera en primer plano. También podréis ver buena parte del Valle Alto del Lozoya en algunos compases del recorrido.

Uno de los primeros hitos a los que llegaréis, tras caminar un buen rato entre jaras y con ausencia de sombra, es la Peña El Gato. Es solo una de las muchísimas formaciones graníticas que veréis a lo largo del recorrido.

En esta primera parte también os acompañarán (sobre vuestras cabezas) un montón de aves rapaces. En esta zona anidan por doquier diferentes colonias, por lo que muy mal se os tiene que dar para que no disfrutéis de sus espectaculares vuelos.

¡Ah! Hablando de volar, es bueno que sepáis que en esta zona es frecuente realizar parapente y actividades similares. ¡Que no os extrañe tener lonas de colores también sobre vuestros cogotes!

Aunque la ausencia de sombra podría indicar que no es una buena ruta para ir con perros, nada más lejos de la realidad. Por el camino veréis, convenientemente repartidos, distintos puntos de aprovisionamiento de agua: fuentes, riachuelos, canales de riego… Nuestro querido Tronco pudo refrescarse cada pocos minutos.

El último repecho antes de llegar a la cresta de la montaña se hizo realmente duro. Es cierto que parábamos cada pocos metros para tomar el aire y de paso disfrutar de las espectaculares vistas de la Sierra de La Cabrera, pero no por ello dejó de ser extenuante. Pensad que el cercano Pico de la Miel está a 1400 metros, mientras que el Cancho de las Hornillas rebasa ampliamente los 1800.

Una vez coronéis, tenéis que atravesar de punta a punta la cresta que os llevará hasta el punto más emblemático del Cancho de las Hornillas (donde está el banco). Aparentemente no hay un camino definido, por lo que podéis avanzar en dirección a las antenas. Eso sí, os confirmamos que sí que hay una senda y que (obviamente) es la forma más fácil de transitar por allí. Id echando un ojo a ambas laderas, puestas las vistas son épicas.

Finalmente, llegaréis al gran hito de la ruta: el banco de piedra más alto de la Comunidad de Madrid. Os ofrecerá una panorámica alucinante de los Montes Carpetanos, el Valle del Lozoya, el Pantano de El Atazar, el propio pueblo de Valdemanco y la omnipresente Sierra de la Cabrera. No hace falta decir que sería interesante que llevéis algo para hacer un picnic allí.

Junto al banco hay un montón de antenas, una estación con un anemómetro, todo tipo de cacharros mágicos… No sabemos lo que es todo ese tinglado, pero parece uno de los grandes puntos de observar cosas para obtener datos de telediario de la Comunidad de Madrid.

A partir de aquí, continuamos hasta el final de la cresta de la montaña. Fue entonces cuando comenzó nuestro particular calvario, pues al parecer nos perdimos (pese a ir bien atentos a las escasas señalizaciones y llevar la ruta en el GPS) y cuando nos quisimos dar cuenta estábamos en medio de un pinar súper empinado. Pasamos como 45 minutos descendiendo, cayéndonos, arañándonos con palos secos e intentando seguir el ritmo de nuestro perro, al cual parecía no importarle nada. Tuvo un puntito de aventura, pero fue muy complicado.

A partir de ahí, llegamos a un camino de tierra que poco a poco se fue ensanchando, hasta convertirse en una amplia pista que resultó ser parte de la Cañada Real Segoviana. Es un tramo de gran valor histórico, pero que a la vez es un secarral en el que sufrimos bajo un sol de justicia.

Volvimos a Valdemanco tras cinco horas largas, habiendo completado 13110 metros (según nuestro GPS). El esfuerzo no fue cosa menor, pero las imágenes y los recuerdos son de primer nivel. Es una ruta absolutamente top, capaz de rivalizar con las más populares de la Sierra Norte. Exige un cierto nivel de forma física, pero os aseguramos que es espectacular.

Ficha técnica: cómo llegar, distancia y otros datos

📍 Punto de inicio: se puede empezar en cualquier punto de Valdemanco. Nosotros lo hicimos en la Plaza de Nuestra Señora del Carmen (donde está el Ayuntamiento). En cualquier caso, hay que abandonar la localidad por el punto más alto, siguiendo los carteles hacia la Ruta del Banco.

📏 Distancia / desnivel: la ruta se va por encima de los 13 kilómetros, con un desnivel positivo de 735 metros. Larga y con mucha pendiente, vamos.

💪 Dificultad: entre media y alta, la verdad. Ya habéis visto que hay que caminar un montón y que hay bastante desnivel. Además, la señalización es escasa (por no decir nula) y muchos tramos carecen de sombra. No os la recomendamos si no vais habitualmente a hacer senderismo.

⏲️ Duración: nosotros tardamos cinco horas y media. Es cierto que en el último tramo fuimos lentísimos (nos caímos varias veces y acabamos con dolor de rodilla), pero aun así no se puede completar en menos de cinco horas.

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