Milán es una ciudad con tantísimas cosas para ver que, en ocasiones, algunos de sus hits quedan olvidados por el circuito turístico habitual. Es el caso de la Basílica de San Eustorgio de Milán, un enorme templo con muchísimas cosas que visitar y que suele pasar desapercibido para el viajero convencional. Sin embargo, os aseguramos que merece la pena ir a verlo. Por su belleza, por sus tradiciones y por la enorme cantidad de obras de arte que atesora en su interior. ¡Incluso está vinculado con los Reyes Magos!
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De templo paleocristiano a sorpresa turística
Hay tanto que decir sobre la Basílica de San Eustorgio de Milán que resulta muy complicado condensarlo en un solo post. Empecemos por situarla en el mapa: se encuentra en el corazón de Porta Ticinese, uno de los distritos más bohemios de la ciudad. Allí se estableció originalmente en forma de basílica paleocristiana, poniéndose la primera piedra en el año 344.
Esa antigüedad la sitúa como uno de los templos cristianos más antiguos del mundo. Su tradición llega hasta tal punto que en origen era la Basilica Trium Magorum, pues se dice que San Eustorgio recibió del emperador Constantino I un sarcófago con las reliquias de los Reyes Magos. Aquí fueron conservados hasta el siglo XII, cuando fueron saqueadas ni más ni menos que por las tropas Federico Barbarroja. El emperador las llevó a la Catedral de Colonia.
Si bien es cierto que esas reliquias fueron devueltas a la Basílica de San Eustorgio de Milán allá por el siglo XX (y solo de manera parcial), lo cierto es que entre medias pasaron un montón de cosas. Todas ellas han dejado sus huellas en el edificio: esculturas del siglo XIV en el altar mayor, una sacristía monumental, frescos medievales que han sido destapados recientemente, un órgano de tubos de Balbiani Vegezzi-Bossi…
Cómo visitar la Basílica de San Eustorgio de Milán
Por fuera
Lo primero que tenemos que decir es que hay que prestar mucha atención a los exteriores de la Basílica de San Eustorgio de Milán. Su fachada principal data del siglo XIX (es el típico edificio que nunca ha dejado de sufrir reformas) y da a una plaza súper chula en la que ponen un mercadito los fines de semana.
Si la bordeáis, podréis contemplar tanto su campanile de 75 metros de alto (todo un hito en su momento, pues se erigió entre finales del XIII y comienzos del XIV), sus fachadas de estilo lombardo clásico y también las zonas más antiguas. Esto lo podéis hacer a cualquier hora del día, pues las calles (de momento) siguen siendo gratis.
Por dentro
Una vez hayáis recorrido el exterior, franquead las puertas y visitad sus tres naves. Teóricamente acceder al templo es gratuito, pero tienen el típico modelo freemium que tanto le gusta al clero: se pueden ver algunas partes de gratis, pero otras son de pago. Sin embargo, el tramo sin coste merece la pena incluso aunque no vayáis a pasar por caja.
Así, os recomendamos acercaros hasta el impresionante altar mayor, una obra del siglo XIV realizada por varios escultores de primer nivel. También podréis ver restos de las excavaciones arqueológicas de mitad del siglo XX, en las cuales se puso en valor el cementerio paleocristiano. No dejéis de visitar todas las capillas que podáis, ya que compiten entre sí en belleza y magnitud.
Antes os hablamos de que en la Basílica de San Eustorgio de Milán hubo un tiempo en el que descansaron las reliquias de los Reyes Magos. Pues bien, en el transepto derecho se encuentra un políptico de mármol, en el cual se han depositado los restos que se devolvieron parcialmente en 1904. Merece la pena que vayáis a ver el políptico de mármol, es de lo mejor de la ciudad.
Museo Diocesano Carlo María Martini
Por último, si la Basílica de San Eustorgio de Milán os está gustando y queréis verla por completo… ¡a pagar! En este caso, 9€ por persona (precio de 2024) es lo que os costará entrar en el Museo Diocesano Carlos María Martini. Mencionado en muchos lugares solo como Museo Diocesano de Milán, allí podréis contemplar más de 700 piezas entre pinturas, esculturas y todo tipo de objetos litúrgicos. La visita tiene premio, pues además os dará acceso a los claustros anexos a la basílica, que son una maravilla.