El Berrueco tiene un catálogo de excursiones por sus alrededores muy interesante, con varias pequeñas rutas de entre una y tres horas para hacer en familia. Destaca sobre todo su diversidad, ya que poco o nada tienen que ver unas con otras. Un buen ejemplo de eso es esta ruta por la Almenara de El Berrueco, en la cual se puede pasear tranquilamente a orillas del enorme Embalse de El Atazar. A lo largo del recorrido podréis ver diferentes construcciones relacionadas con el aprovechamiento del agua, un recurso que para generaciones anteriores a la nuestra era infinito pero que hoy en día tenemos que cuidar como si fuese oro. Por tanto, es un buen paseo no solo para disfrutar del paisaje, sino también para tomar conciencia de lo importante que es el agua en nuestro tiempo.
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La mejor arquitectura hidráulica de la Comunidad de Madrid
Hacer esta ruta no solo supone una excusa perfecta para acercarse a El Berrueco, uno de los pueblos más interesantes de la Sierra Norte de Madrid. El recorrido es una especie de museo al aire libre de arquitectura hidráulica, en el que podréis ver prácticamente de todo: un embalse, un canal, una depuradora, fuentes y, por supuesto, una almenara.
Empezando por la construcción que da nombre a la ruta, la almenara berroqueña es parte del Canal de El Villar, una lámina de agua con más de quince kilómetros de longitud construida a comienzos del siglo XX. En su momento se utilizó para unir el Embalse de El Villar con uno de los depósitos del Nudo de Calerizas, en la vecina localidad de Torrelaguna. Dicho sea de paso, el Embalse de El Villar es el más antiguo en funcionamiento de la Comunidad de Madrid, habiendo suministrado agua potable a buena parte de la región desde hace más de un siglo.
Sin embargo, la auténtica rock star de la ruta es el Embalse de El Atazar, una de las obras de más relumbrón del franquismo. De hecho, cuando se habla de los pantanos que construyó el dictador, en el imaginario colectivo siempre es el que está presente. A lo largo del sendero podréis contemplarlo desde diferentes puntos de vista, además de ver otras estructuras relacionadas con su aprovechamiento como una depuradora del Canal de Isabel II.
En resumen: en un mundo en el que las sequías y la desertización están a la orden del día, no está de más dejarse caer por El Berrueco, hacer esta ruta y conocer de primera mano las diferentes estructuras que sirven para abastecer a la Comunidad de Madrid.
Cómo es la ruta por la Almenara
Empezamos la ruta en la Plaza de la Picota, el lugar más ajetreado de El Berrueco. La hicimos en el sentido contrario al que marcan los paneles informativos y los folletos turísticos: fue de pura casualidad, pero el caso es que nos parece que tiene más sentido así y por tanto os la vamos a enseñar de esta manera.
Como no podía ser de otro modo, aprovechamos este relato para recomendaros un paseíto por el pueblo, ya que es realmente bonito. Sin duda, de lo mejorcito de la Sierra Norte de Madrid.
De hecho, el primer tramo básicamente consiste en ir desde la plaza hasta las afueras de El Berrueco. Os recomendamos que aprovechéis no solo para visitar la Iglesia de Santo Tomás Apóstol, sino también para asomaros al impresionante mirador que hay en su parte trasera.
Una vez dejéis el pueblo atrás, y tras escasos metros en paralelo a la carretera M-127, se abre un desvío a mano derecha. No tiene ninguna complicación: simplemente es ir cuesta abajo por un camino la mar de agradable.
En él iréis caminando entre pastos, pequeñas huertas y fresnedas, hasta llegar a una zona un poquito más transitada. Es el aparcamiento que utilizan los excursionistas que van a echar el día al Embalse de El Atazar, por lo que en fin de semana es posible que esté hasta arriba de gente.
Hay que avanzar un poquito y, una vez se pasa una gran explanada, girar a mano derecha. Comienza entonces una pista de tierra de un kilómetro aproximadamente, desde la cual disfrutaréis de las mejores vistas hacia el embalse.
Uno de los puntos álgidos de la ruta es la propia Almenara de El Berrueco, de la cual hemos hablado en la sección anterior. Mucha gente la recorre por encima, algo que no es buena idea: primero, porque te puedes caer; y segundo, porque hay un punto en el que hay que darse la vuelta.
En cualquier caso, es una construcción súper interesante y que sigue en funcionamiento. Gracias a su sistema de compuertas, permite regular el caudal del Canal de El Villar, incluso dejándolo seco para su mantenimiento. Todo eso ocurre bajo tierra, pero le da un toque aun más interesante a la construcción que se ve a simple vista.
Al final del recorrido hay un mirador, justo al lado de la almenara, que para muchos es lo único que hacen de la ruta (pues hay un mirador justo arriba). Es la típica zona para posturear en instagram, lo normal es que haya gente haciendo fotos todo el día.
Ya de vuelta al pueblo, antes de llegar os toparéis con una depuradora, con un abrevadero y con un antiguo lavadero. Una vez más, diferentes construcciones que atestiguan que la historia de El Berrueco ha estado siempre ligada al uso racional del agua.
Al entrar de nuevo en El Berrueco, justo antes de llegar a la Plaza de la Picota, pasaréis por la puerta de la Oficina de Turismo y del Museo del Agua. Quizá os interese complementar la visita con un poquito más de conocimiento sobre este recurso imprescindible. Por nuestra parte, lo último que nos queda por deciros es que le deis una oportunidad a este sendero, porque a nosotros nos encantó. Es una excursión cercana a Madrid diferente, poco conocida y que sin embargo merece mucho la pena.
Ficha técnica: cómo llegar, distancia y otros datos
Punto de inicio: la ruta comienza en la Plaza de la Picota de El Berrueco, como la mayor parte de los senderos por los alrededores del pueblo. Se aparca bien en los alrededores y no tiene ninguna pérdida.
Distancia / desnivel: unos 4 kilómetros con un desnivel positivo de 81 metros. Es un paseo muy agradable y para todos los públicos.
Dificultad: ¡ninguna! Es poco transitada, los caminos son anchos y no hay complicación de ningún tipo. El tramo inicial va al lado de una carretera y siempre hay que ir con ojo, pero no tenemos nada más que añadir en cuanto a su dificultad.
Duración: la ruta se hace en una hora, un poquito más si os entretenéis en los diferentes miradores hacia el Embalse de El Atazar.