El Grapevine Mesa Joshua Tree Forest es una de las muchas sorpresas inesperadas que la ruta por la costa oeste de Estados Unidos puso ante nosotros. Estábamos de camino hacia el West Rim del Gran Cañón cuando de repente apareció ante nosotros un tupidísimo bosque de árboles de Josué, con una concentración tan densa que nada tiene que envidiar al Joshua Tree National Park. Obviamente no pudimos resistirnos e hicimos la parada correspondiente.
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Un bosque singular que está protegido por el pueblo
Ubicado justo en el ángulo formado por el cruce entre las carreteras 25 y 261, en el noroeste del Estado de Arizona, el Grapevine Mesa Joshua Tree Forest es una mancha verde en medio de una zona tirando a desértica. Como si de un oasis se tratase (y seguramente lo sea), tras un montón de kilómetros por carreteras anodinamente rectas aparece esta enorme gran masa boscosa.
Desde el año 2011, el espacio está cuidado por The Friends of Joshua Tree Forest. Se trata de una asociación sin ánimo de lucro en la que voluntarios desinteresados se encargan de que el bosque se encuentre en perfecto estado de revista. La organización recoge la herencia de todo el trabajo hecho durante el siglo XX, desde que en 1930 se fuese candidato a Monumento Nacional. Pese a que no lo consiguió, en 1967 se realizó un profundo estudio y finalmente fue clasificado como National Natural Landmark.
Actualmente el área de protección del Grapevine Mesa Joshua Tree Forest tiene casi 13 kilómetros cuadrados. En ellos se pueden encontrar miles de ejemplares de joshua trees, con una edad media de entre 150 y 200 años. El lugar es especialmente bonito en primavera, cuando florecen.
Una ruta sencilla y lineal
La visita al Grapevine Mesa Joshua Tree Forest no tiene ninguna complicación. Hay un pequeño apeadero junto a la entrada principal, en el cual podréis aparcar vuestro vehículo de manera gratuita. Junto a la entrada veréis varios paneles informativos, los cuales informan tanto del bosque como de la asociación que se encarga de mantenerlo.
Podéis adentraros en el interior de la masa forestal, aunque siempre siguiendo un camino marcado y súper acotado. Es imposible salirse de la ruta, algo que es imprescindible: se trata de un lugar de una fragilidad extrema.
La visita puede durar tanto como queráis. Se puede hacer la ruta completa o simplemente caminar un poquito. Sea como fuere, es una de las mayores concentraciones de árboles de Josué de todo el mundo.
Parada obligada de camino al West Rim
¿Estáis yendo de camino al West Rim? En ese caso, desde ya os anunciamos que pasaréis delante del Grapevine Mesa Joshua Tree Forest. Bien haríais en parar, ya que complementará vuestra visita y os permitirá recorrer un bosque sin parangón en Arizona.
Nosotros salimos de esa parte del Gran Cañón bastante decepcionados, ya que nos pareció un auténtico sacacuartos. Sin embargo, tenemos que reconocer que el Grapevine Mesa Joshua Tree Forest puso la nota positiva del día. En nuestra opinión es una visita imprescindible en esta zona del Estado de Arizona.