Pueblo pesquero por antonomasia, Fjordgard es una tranquila localidad de la costa noroeste de la isla de Senja. Son muchos los viajeros que acuden hasta ella para realizar una ruta de senderismo, pero el pueblo por sí mismo también merece una visita. En este artículo os contamos cómo fue nuestra visita y todo lo que podéis esperar del lugar.
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Érase una vez un pueblo a los pies de una montaña
Fjordgard está a escasos kilómetros de la Scenic Route Senja. No forma parte de ella, pero el desvío es pequeño y tiene todo el sentido hacerlo. Eso sí, no por estar cerquita es una ruta fácil. La localidad se encuentra en la cara oeste del fiordo de Ornfjorden, un ramal del Oyfjorden, rodeada absolutamente de montañas. La única manera de conectar con el resto de la isla es mediante unos largos túneles.
El único inconveniente que le vemos a la visita a Fjordgard es que el aparcamiento no es precisamente barato. Como la mayor parte de las visitas son para hacer los trekkings de Segla y Hesten, hay un ticket que vale para todo el día y que cuesta… ¡250 NOK! ¡Unos 25€! Por suerte, es posible pagar fracciones (dos horas por unos 5€), pero aun así nos parece caro para ser un pequeño pueblo en medio de la nada.
En cualquier caso, seguid leyendo y os enseñaremos todo lo que se puede ver en esta coqueta localidad de escasos 200 habitantes. Por cierto, aprovechamos para decir que es un lugar excelente para disfrutar de auroras boreales en invierno y del sol de medianoche en verano.
Turismo en Fjordgard
Arquitectura popular
Como no podía ser de otra manera, uno de los mayores atractivos es tomarle el pulso a la arquitectura popular de la zona. Es fácil imaginar cómo es la vida en una capital europea o en el típico pueblo que está en un clima tirando a fácil, pero el día a día en un sitio como Fjordgard tiene pinta de ser complicadísimo. Por ello, es interesantísimo pasear entre sus calles y ver cómo son las casitas de la gente.
Capilla
La pequeña Capilla de Fjordgard es el único templo de la localidad. Un sencillo edificio de paredes blancas, con una pequeña torrecita y con espacio suficiente para congregar semana a semana a los fieles del pueblo.
Puerto
El pequeño puerto de Fjordgard también merece una visita. Es muy cuqui y sin apenas tráfico, con tan solo lo necesario para que las pequeñas sencillas embarcaciones locales puedan atracar en él. Quizá parezca menos interesante que el puerto de una gran ciudad, pero es más representativo de la realidad rural de Noruega.
Fiordo
Aprovechad el paseíto por Fjordgard para levantar la cabeza y alucinar con el increíble paisaje sobre el que se asienta. El fiordo es absolutamente increíble, un lugar de esos que sirven para explicar por qué Noruega es uno de los países del mundo.
Senderismo
Por último, no vamos a negar la evidencia: uno de los principales motivos para ir hasta Fjordgard es hacer senderismo. Si ponéis en Google mountain trail parking os llevará directamente al aparcamiento, desde el cual podéis hacer la visita al pueblo para también echaros a la montaña. Hay dos rutas súper típicas:
- Hesten: un recorrido de apenas 3,6 kilómetros entre ir y volver, pero con un desnivel brutal. Las vistas desde lo alto son increíbles, pero la ruta no se completa en menos de 4 horas.
- Segla: esta ruta tiene 5 kilómetros y 600 metros de desnivel, pero también requiere cuatro horitas (una menos si estáis en muy buena forma).
Lo bueno de la ubicación de Fjordgard es que en verano hay luz prácticamente todo el día. Para que os hagáis a la idea, nosotros terminamos de verlo a las 23:00 «de la tarde» y en ese momento vimos a dos chicas llegar. Según nos dijeron, venían para hacer la ruta de Segla.