El Parque Nacional de la Suiza Sajona: ruta de un día por la cara alemana de las montañas de arenisca del Elba

El Parque Nacional de la Suiza Sajona (Sächsische Schweiz) es uno de los espacios naturales más interesantes de Alemania y, a la vez, uno de los más desconocidos. Nosotros lo visitamos de casualidad y quedamos absolutamente cautivados ante sus pueblos, su gastronomía y sus increíbles rutas de senderismo. Precisamente, en este artículo os enseñamos un itinerario de un día por el interior de este espacio protegido, en el cual se visitan sus principales puntos de interés.

Perderse entre mil montañas de arenisca

De entre los 16 parques nacionales de Alemania, el de la Suiza Sajona es el único en el que predominan las rocas. Eso, unido a sus más de mil montañas de arenisca, hace que sea un auténtico paraíso para montañeros, escaladores y amantes de la naturaleza en general.

El Parque Nacional de la Suiza Sajona está cerca de Dresde (la capital del Estado de Sajonia). Eso sí, se encuentra pegadito a la frontera con la República Checa. De hecho, en ese país la zona también tiene la máxima protección posible, siendo el Parque Nacional de la Suiza Checa.

En el interior del Parque Nacional hay varios pueblos de cuento, unidos entre sí por hasta 20.000 rutas diferentes. Las hay para todos los públicos: desde cómodos paseos a la orilla del caudaloso río Elba hasta opciones extremas como el Sendero de los Pintores, con 112 kilómetros de longitud.

Nosotros os traemos una propuesta intermedia, hecha a partir de pedacitos de diferentes rutas. Así, tomando como punto de partida y final la bonita localidad de Stadt Wehlen, os proponemos un recorrido circular de algo más de seis horas y casi 20 kilómetros de duración. Ojito, que no os asusten las cifras, pues hicimos un montón de paradas (incluyendo una para comer) y fuimos con toda la calma del mundo.

Recorrido por el Parque Nacional de la Suiza Sajona

Stadt Wehlen

Como ya hemos dicho, la ruta comienza en el pequeño pueblo de Stadt Wehlen. Se trata del principal municipio del interior del Parque Nacional de la Suiza Sajona y en el cual se congregan la mayor parte de los servicios: restaurantes, hoteles, Oficina de Turismo… Sobre este último punto tenemos que decir que no merece la pena ni que entréis: la señora que «trabaja» allí fue súper desagradable, nos atendió con absoluta desgana y parecía empeñada en arruinarnos el día en vez de ayudarnos a prepararlo.

Sin embargo, nada ni nadie pudo impedir que nos fuésemos de allí con una sonrisa de oreja a oreja. Stadt Wehlen es una auténtica joya, sería una pena que no visitaseis su iglesia, su castillo y sus callecitas antes o después de la ruta. Si vais a estar varios días por allí, también podéis coger un barquito e ir a la orilla de enfrente.

Paseo junto al río Elba

Una vez visitamos Stadt Wehlen de arriba a abajo, comenzamos a andar. Básicamente hay que ir en dirección al vecino pueblo de Rathen, para lo cual tenéis dos opciones:

  • Ir por un camino que se adentra en las montañas, y que os hará pasar directamente por el famoso Puente de Bastei.
  • Ir por el sendero que va al nivel del río, dando una caminata de lo más agradable junto al río Elba.

Nosotros elegimos la segunda opción, ya que la zona del río tenía una pinta estupenda. El único inconveniente de esta elección es que una vez en Rathen habría que deshacer un poco el camino hasta el Puente de Bastei, pero mereció la pena. Más adelante hablaremos de eso.

Rathen

Primero queremos contaros nuestra experiencia en Rathen, otro adorable pueblecito. Está repartido entre las dos orillas, así que si tenéis tiempo podéis tomar el barquito e ir al otro lado. Nosotros no lo hicimos, pero aun así callejeamos un poquito y cotilleamos en alguna tienda.

También aprovechamos para comer. De entre las muchas opciones disponibles, nos decantamos por el sitio más auténtico con diferencia: Zum Hermann. Se trata de una especie de cantina en la que tienen muy poquitos platos, pero todos ellos locales y elaborados de manera tradicional. Para que os hagáis una idea, nosotros nos comimos dos enormes platos de gulash, dos salchichas, una fanta de naranja y una cerveza y todo salió por 19€. Puede que los restaurantes de los alrededores sean más elegantes, pero la gente del lugar comía en este sitio.

Puente de Bastei

Como hemos dicho, el hecho de haber ido junto al río implicaba que ahora teníamos que dar un poquito de vuelta. No tuvo ninguna complicación, pues básicamente hubo que ir por un caminito bien señalizado, visitar lo que queríamos ver y regresar de nuevo a Rathen.

En este pequeño desvío disfrutamos de una improvisada serenata, pues en medio de las escaleritas que atraviesan el bosque había un señor cantando a pleno pulmón. La verdad, era como estar en medio de El Señor de los Anillos.

Una vez ganamos un poquito de altura, nos empezamos a asomar a los diferentes miradores hacia el río Elba. A cada cual más bonito, dicho sea de paso.

El objetivo era llegar hasta el Puente de Bastei, uno de los lugares más icónicos del Parque Nacional de la Suiza Sajona.

También hay por ahí un Castillo, aunque hay que pagar por entrar. Más allá del hecho de visitarlo, las vistas tampoco son especialmente distintas.

Amselgrund y Amselsee

Una vez exploramos esa zona, volvimos hacia Rather y continuamos con la ruta. En este caso, en dirección al pueblo de Rathewalde. Eso sí, antes de llegar hasta él pasamos por dos espacios únicos. El primero es Amselgrund, un bosque cerrado en el que allá donde mirábamos solo había color verde.

Un poquito más adelante está Amselsee, un pequeño estanque en el que es posible alquilar barquitas en los meses cálidos del año. Al final hay una pequeña cascada.

Rathewalde

Tras Amselsee llegamos hasta el pequeño y tranquilo pueblo de Rathewalde, un remanso de paz en el que no vimos ni tiendas ni restaurantes. De hecho, íbamos justos de agua y tuvimos que recurrir a una manguera de los jardines de la iglesia (que dios nos perdone). El lugar tiene menos patrimonio que Stadt Wehlen y Rather, pero igualmente es curioso visitarlo.

Tramo de enlace

Lo siguiente fue, sin duda, el tramo menos agradable de la ruta. Para que no se nos desmadrase demasiado teníamos que ir pensando en volver a Stadt Wehlen, por lo que había que acortar por algún lado. Y eso fue un caminito en paralelo a una carretera, el cual no tenía mayor interés.

Por suerte, rápidamente nos adentramos de nuevo en lo bonito, y cuando nos quisimos dar cuenta estábamos ya inmersos en un frondoso bosque.

Aufgang Müllerweg

En el corazón de ese bosque nos esperaba otro de los elementos más interesantes de la ruta, aunque también uno de los más exigentes a nivel físico. Nos referimos a la Aufgang Müllerweg, una increíble escalinata que sirve para salvar el desnivel de la montaña. Una vez más, y pese a que las piernas ya pesaban lo suficiente como para que la imaginación anduviese justita, nos sentimos parte de El Señor de los Anillos.

Uttewalder

El último tramo de la ruta fue en los alrededores de Uttewalde, otro de los pueblos del Parque Nacional de la Suiza Sajona. Aunque no llegamos a visitarlo, sí que caminamos por los alrededores.

Y es que las inmediaciones del pueblo son increíbles, con Uttewalder Grund demostrando que la selva puede crecer en medio de las rocas. ¡Qué vegetación! Sin duda, uno de los tramos más bonitos de todo el recorrido.

En algunos momentos el camino se volvía especialmente estrecho, pero nada que no pudiese superarse con comodidad.

Desde allí nos separaban unos 20 minutos de Stadt Wehlen, a donde llegamos ya con la tarde cayendo. Tras los 19 kilómetros recorridos, fuimos a un supermercado en busca de salchichas y nos dimos una cena de campeonato, pues nos lo habíamos ganado. ¡No olvidéis hacer lo mismo si completáis la ruta!

Ficha técnica: cómo llegar, distancia y otros datos

📍 Punto de inicio: la ruta tiene que comenzar necesariamente en el pueblo de Stadt Wehlen, pero es un sitio muy concurrido y con poquito aparcamiento. Os recomendamos madrugar o de lo contrario tendréis que ser muy ingeniosos para dejar el coche.

📏 Distancia / desnivel: la ruta que os proponemos tiene una distancia de 19 kilómetros, con un desnivel positivo de 456 metros.

💪 Dificultad: es una ruta aparentemente sencilla, ya que no tiene ningún tramo súper complicado. Sin embargo, se puede hacer durilla por su duración y porque en algunos tramos pasaréis mucho calor si estáis en un día soleado, así que diremos que es de dificultad intermedia.

⏲️ Duración: tardamos seis horas y cuarto en hacerla, incluyendo una parada para comer. Yendo a tope y pasando de puntillas por los sitios más concurridos se podría reducir algo el tiempo.

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