El Parque Nacional de Hossa, chamanismo en medio de lagos cristalinos

El Parque Nacional de Hossa recibe su nombre de la vieja palabra sami huossa, que literalmente significa «lugar muy lejano». Toda una declaración de intenciones que se traduce en una naturaleza salvaje a más no poder, casi 100 kilómetros de rutas para hacer senderismo y la típica tensión de un lugar que hace frontera directa con Rusia. Es el típico sitio que nos gusta muchísimo y al que fuimos con unas expectativas que, pese a ser altísimas, fueron más que superadas.

Introducción: un Parque Nacional de nueva generación

Hossa no es un Parque Nacional más. Obtuvo la máxima protección el 17 de junio de 2017, en un evento cargado de simbolismo: no solo era el cuadragésimo Parque Nacional finlandés, sino que además se hacía en el marco de las conmemoraciones del primer siglo de independencia del país.

La zona era más que conocida por los amantes de la naturaleza. De hecho, desde 1979 tenía la catalogación oficial de Hiking Area, siendo la más antigua de Finlandia. Desde 1991 tenía un Centro de Visitantes, así que con el paso a Parque Nacional se puso toda la carne en el asador.

Lo que ha resultado de todo ello es una auténtica maravilla. Hossa es un lugar muy concurrido, más que otros Parques Nacionales, pero aun así es un lugar absolutamente increíble. Allí encontramos un montón de rutas, pinturas rupestres, zonas para hacer deporte, animales salvajes, refugios en los que cocinar al calor del fuego… Todo lo que cabría esperar de la naturaleza finlandesa, pero elevado a la enésima potencia.

Pese al lavado de cara del Centro de Visitantes y al desarrollo de la nueva propuesta turística, no os llevéis a engaño: Hossa es un lugar tirando a salvaje. Moverse entre las diferentes zonas del Parque Nacional es complicado, ya que el tránsito se hace por caminos de tierra con muchas piedras, que son estrechos y que no están en muy buen estado. De hecho, fue el único Parque Nacional en el que vimos que la pernocta para autocaravanas está prohibida, pero no por el hecho de dormir allí sino como forma de disuadirles de entrar en esos sinuosos senderos.

En Hossa hay renos por todas partes. De hecho, yendo de sur a norte, fue el primer sitio en el que vimos que abundan de verdad. También hay una enorme colonia de osos viviendo en libertad, hasta el punto de que recomiendan ir hablando durante toda la ruta para evitar un encuentro que ponga en riesgo la integridad física del viajero.

También hay que tener en cuenta que Hossa está junto a la frontera rusa. Hay que tener mucho cuidado con este asunto, ya que si os despistáis más de la cuenta podéis acabar entrando en su territorio.

El Parque Nacional de Hossa tiene alicientes suficientes como para dedicarle tanto tiempo como queráis. Nosotros estuvimos una jornada completa, durante la cual hicimos la visita al centro de visitantes, cocinamos en un refugio y realizamos un par de rutas de senderismo. Sin embargo, nos fuimos de allí con la sensación de que quedaba mucha tela que cortar, así que esperamos volver más pronto que tarde.

Qué ver y hacer en el Parque Nacional de Hossa

Centro de Recepción de Visitantes

Un buen lugar para empezar la visita en el Parque Nacional de Hossa es su Centro de Recepción de Visitantes. Aunque las instalaciones están allí desde 1991, fueron renovadas por completo con motivo de la declaración de PN. Cierra en invierno, pero el resto del año está abierto a diario de 10:00 a 16:00.

En su interior podéis encontrar una Oficina de Turismo al uso, en la cual os aconsejarán sobre las diferentes rutas que se pueden realizar. Por supuesto, alberga una pequeña exposición en la que se puede aprender mucho sobre la zona. También es un restaurante, ofreciendo desayunos por la mañana y comidas en las horas centrales del día. Por último, ofrece una tienda con souvenirs y productos típicos del norte de Finlandia.

Zonas de interés y rutas de senderismo

Existen seis zonas de aparcamiento, repartidas por todo el Parque Nacional, desde las que acceder a sus principales puntos de interés.

Aparcamiento principal

Es donde está el Centro de Recepción de Visitantes, lo cual le convierte en un lugar de visita obligada por cuestiones obvias. Desde allí salen dos rutas:

  • Huosilampi Trail: un recorrido de 500 metros adaptado para personas con movilidad reducida. Incluso tiene una zona desde la que se puede pescar en silla de ruedas.
  • Hossa Nature Trail: uno de los itinerarios más emblemáticos del Parque Nacional. Es una especie de Hossa en miniatura, pues en apenas 3 kilómetros podréis hacer una profunda aproximación a este entorno natural.

Huosivirta

Para llegar a este aparcamiento hay que poner «Jatkonsalmentie 33, Suomussalmi» en el GPS. Desde allí salen dos rutas:

  • Hakokosken Hujaus Trail: una ruta circular de 5 kilómetros. Va sobre la cresta o esker, por lo que se podría decir que tiene una dificultad media. Desde lo alto podréis ver algunos de los mejores rápidos de Hossa.
  • Huosiuksen Huikonen Trail: otro recorrido circular, pero en este caso se va hasta los 8 kilómetros. También va sobre diferentes eskers, por lo que podréis obtener unas vistas fascinantes de la zona.

Hossalaislammet

Llegar hasta aquí no es sencillo, ya que muchos GPS se pierden. La cosa consiste en llegar hasta el Centro de Visitantes, conducir unos 3 kilómetros por la Jatkonsalmentie Road y después girar a mano derecha, por la Pistonlehdontie Road. Otros 3 kilómetros después serán suficientes para llegar hasta este aparcamiento, el cual tiene tres rutas muy distintas entre si:

  • Muikkupuron Mutka Trail: un recorrido accesible de apenas 1,5 kilómetros, el cual se puede realizar con sillas de rueda o carritos de bebés. Las absolutas protagonistas de la ruta son las aguas cristalinas del Muikkupuro, un pequeño arroyo.
  • Laukkujärven Lenkki Trail: una ruta circular de 10 kilómetros con mucho desnivel. Está señalizada con balizas azules y transcurre fundamentalmente sobre el esker de Laukunharju.
  • Kokalmuksen Kierros Trail: si os sentís con fuerza, los 14 kilómetros de este recorrido circular os ofrecen algunos de los mejores paisajes lacustres de Hossa. Que no os engañe la distancia: es una ruta tirando a facilita, con muchos sitios en los que descansar.

Lihapyörre 

Este aparcamiento también es de difícil acceso. El recorrido es similar al anterior: desde el centro de visitantes, primero 3 kilómetros por la Jatkonsalmentie Road, luego girar a la derecha y conducir por la Pistonlehdontie Road. En este caso, tras seis kilómetros veréis un cruce a la derecha, donde está el parking. Esta zona es absolutamente clave, ya que ofrece dos de las rutas más importantes del Parque Nacional de Hossa:

  • Lihapyörre Trail: un pequeño sendero de 200 metros, accesible con silla de ruedas. Os llevará hasta una plataforma desde la que se puede observar el río Somerjoki.
  • Värikallion Kaarros Trail: lo más de lo más. Un recorrido circular de 8 kilómetros que os llevará hasta las pinturas rupestres de Hossa. Es la parte más conocida del Parque Nacional, una visita no puede estar completa hasta que no se hace esta ruta.

Julma-Ölkky

Con poner «Julma-Ölkyntie 86, Kuusamo» será suficiente para llegar hasta este aparcamiento. Aquí os esperan dos rutas combinables entre sí, las cuales os permitirán caminar sobre las aguas del cañón Julma-Ölkky :

  • Ölökyn Ylitys Trail: recorrido circular de 5 kilómetros, que se vuelve muy exigente por momentos. Tiene un montón de miradores hacia el cañón, además de un pequeño café que opera en los meses de verano.
  • Ölökyn Ähkäsy Trail: sin lugar a dudas, la ruta más difícil del Parque Nacional de Hossa. Un itinerario circular de diez kilómetros de duración que os ofrecerá las imágenes más espectaculares hacia el lago que se forma en el interior del cañón.

Aittojoki 

Por último, aquí os dejamos una opción por si os encontraseis ocupados el resto de aparcamientos. Realmente está en una zona marginal de Hossa y desde aquí tendríais que caminar unos cuantos kilómetros hasta enlazar con otra ruta, pero siempre es mejor esto que darse la vuelta.

Otras actividades

Tenemos que decir que el Parque Nacional de Hossa tiene una enorme oferta de actividades relacionadas con la pesca. A nosotros no nos gustan este tipo de cosas, pero debe ser uno de los sitios más importantes en la materia de toda Finlandia (a juzgar por la cantidad de alternativas que vimos). También vimos muchas rutas para hacer tanto en bicicleta como en kayak. Si vais sin equipo, podéis alquilar tanto en el Centro de Visitantes como en empresas establecidas en los alrededores de Hossa.

Refugios y barbacoas

Caminar y ver pinturas rupestres está muy bien, pero tenemos que reconocer que a nosotros nos encantan los Parques Nacionales finlandeses por otra actividad bien distinta. Y es que en prácticamente todos ellos hicimos una barbacoa, aprovechando siempre los lugares designados para ello (que suelen estar al lado de refugios, por si queréis la combi completa y de paso hacer noche en la zona).

En este caso, nosotros utilizamos el firepit que hay junto al refugio de Huosivirta, donde nos metimos una buena comilona entre pecho y espalda.

Las pinturas rupestres de Hossa

Aunque hemos hablado de ellas antes, pensamos que las pinturas rupestres de Hossa merecen una mención aparte. Se las conoce también como pinturas rupestres de Värikallio, ya que están en el acantilado del mismo nombre.

Descubiertas oficialmente en 1961, hay algo más de 60 figuras mostrando escenas de caza y rituales chamánicos. Se piensa que podrían servir para marcar la ruta de los viajeros que atravesaban Hossa, aunque también para describir sucesos concretos ocurridos allí durante la Edad de Piedra.

Se calcula que las figuras tienen entre 3500 y 4500 años, siendo uno de los conjuntos de arte rupestre más importantes de toda Finlandia. Llegar hasta ellas implica caminar alrededor de 8 kilómetros por un terreno con bastante desnivel, pero os aseguramos que merece la pena.

Para contemplar las figuras han instalado una plataforma metálica en el agua, lo cual permite acercarse hasta las pinturas rupestres y tenerlas prácticamente al alcance de la mano.

Precauciones

Frontera con Rusia

También queremos ampliar la información relativa a la situación fronteriza de Hossa. El parque no es que esté a unos pocos kilómetros de Rusia, sino que literalmente es donde acaba Finlandia y empiezan sus vecinos del este.

Esto se traduce en que es frecuente la presencia de la guardia fronteriza finlandesa, que se esmera por controlar la zona y evitar conflictos con los rusos.

Si os despistáis y os salís del camino, tenéis que ir muy atentos. Llegados a un punto, hay unas balizas que indican tres cosas: una zona de seguridad de Finlandia, a la cual no hay que entrar; una zona de autonomía compartida, a la que tampoco hay que ir; y una zona de seguridad de Rusia, a la que por supuesto no hay que ir. ¡Mucho cuidado!

Animales en libertad

Y, hablando de precauciones, en Hossa vimos más fauna salvaje que en ningún otro Parque Nacional. La presencia de renos es constante: nosotros nos topamos con ellos haciendo senderismo y también conduciendo. Mucho cuidado con este último punto, porque se cruzan a toda velocidad y podéis chocar contra ellos si no vais con mil ojos puestos en la carretera.

Por otro lado, en la zona hay osos que viven en libertad. Esto no es ninguna broma: por doquier vimos carteles de que hay que ir hablando mientras se camina, para avisarles de que hay humanos por la zona y que ellos mismos eviten el contacto. Si vais en silencio podéis tener un encuentro fortuito y vivir una experiencia complicada.

Información práctica y consejos

¿Dónde está y cómo llegar?

El Parque Nacional de Hossa está en el este de Finlandia (haciendo frontera con Rusia), más a o menos a medio camino entre el extremo norte y el extremo sur. Para llegar hasta allí hay que recorrer la carretera 843, una vía secundaria que transcurre en paralelo a la E63.

¿Se puede ir con perro? ¿Es seguro?

Nosotros fuimos con nuestro perro y no tuvimos ningún problema. Eso sí, tenéis que tener en cuenta tres inconvenientes:

  • El Centro de Visitantes no es dog friendly.
  • Si os cruzáis con renos lo normal es que se ponga nervioso y no pare de ladrarlos.
  • La zona de la frontera es compleja. Si ya tendríais lío yendo solos, con perro se puede complicar aun más la situación.

No obstante, insistimos en que nosotros hicimos la visita sin inconveniente alguno. Es más, Tronco se lo pasó en grande por la enorme diversidad de espacios que tiene Hossa: bosques profundos, colinitas, pequeños lagos…

Consejos generales

Si habéis leído la guía al completo, seguramente ya sabéis lo que os vamos a decir. Sin embargo, aquí os recopilamos unos cuantos consejos:

  • El Centro de Visitantes es muy chulo, merece la pena que lo visitéis.
  • Las pinturas rupestres también son imperdibles.
  • Si estáis en buena forma física y os sobra tiempo os recomendamos hacer las rutas sobre el cañón, pero en caso de tener que elegir os recomendamos centrar la cosa en las pinturas.
  • Ojito con renos y osos, especialmente si vais con perrete.
  • Más ojito todavía con saliros del camino y acabar cruzando por error la frontera rusa.
  • Llevad repelente para mosquitos, manga larga y crema solar.
  • Algunas rutas son largas y no hay agua potable, por lo que echad al menos un par de botellitas en la mochila.
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