Como buenos frikis de la marca que somos, en nuestro viaje por el centro de Suecia no podía faltar la correspondiente visita al Museo IKEA (IKEA Museum). Está ubicado justo en el mismo edificio en el que Ingvar Kamprad, el fundador de la compañía, abrió su primer establecimiento allá por 1958. En este artículo os vamos a contar cómo fue nuestra experiencia en este interesantísimo museo, en el que se trasciende a los muebles y se habla de la manera en la que un planeta entero organiza los espacios de su vida doméstica.
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IKEA, la empresa que revolucionó la venta de muebles
IKEA es una marca global, asociada inequívocamente a muebles de bajo coste, a diseño escandinavo y a largas tardes entre planos, destornilladores y piezas que no siempre encajan. En la actualidad trabajan en ella más de 150.000 personas, que dan servicio a más de 300 tiendas repartidas entre casi 30 países.
Ingvar Kamprad puso en marcha una compañía que cambió para siempre la manera en la que se amueblan las casas. Algunas cosas surgieron por la propia inercia del negocio: por ejemplo, la primera tienda vino tras una guerra de precios con su principal competidor. Hasta entonces vendía únicamente por catálogo, pero en IKEA estaban tan seguros del atractivo de sus productos que quisieron hacer que sus clientes pudieran tocarlos.
Otro de los sellos de la identidad de IKEA, el autoservicio, se empezó a fraguar en 1965. Tras abrir una enorme tienda en Estocolmo, la afluencia de visitantes era tan grande que resultaba imposible atenderlos. Por ello, se decidió poner en marcha una nueva dinámica en la que los clientes se atendían a sí mismos, cambiando para siempre el concepto.
Es imposible no mencionar al restaurante de IKEA, con sus albóndigas como principal seña de identidad. ¿Por qué una tienda de muebles ofrece servicio de comidas? Pues porque se dieron cuenta de que cuando los clientes acudían con el estómago vacío compraban menos, así que no podían permitirse que eso ocurriera.
Si ya conocíais la marca, todas estas cosas no os resultarán extrañas. Si no sabéis de lo que hablamos, seguro que IKEA os ha parecido una empresa interesante y que os parece que tiene todo el sentido visitar su museo. A continuación os vamos a contar cómo fue la cosa.
¿Cómo es la visita al Museo IKEA?
Tal y como hemos dicho en la introducción, el Museo IKEA se encuentra en Älmhult. Utiliza el mismo edificio en el que se inauguró la primera tienda de la compañía, el cual quedó vacío en 2012 (se mudaron a unas instalaciones mayores). Durante un par de años ofrecieron una exposición llamada IKEA Through the Ages, pero finalmente en 2016 abrieron el museo tal y como se muestra en la actualidad.
Hay que decir que el aparcamiento no es un problema (como no podía ser de otro modo) y que la entrada cuesta 60 SEK por persona. Sin embargo, os prometemos que hasta el último céntimo invertido merece la pena.
El IKEA Museum es súper interactivo. Su exposición está dividida en tres plantas: dos con la exposición permanente y una con muestras temporales. En total, más de 3500 metros cuadrados en los que se exponen casi 10.000 objetos, repartidos a su vez en más de medio centenar de salas.
Durante la visita, se hace un repaso tanto a la historia de la compañía como al impacto que han tenido sus productos en el modo de vida de la gente. Cualquier cliente de la marca rconocerá al momento elementos tan característicos como las estanterías Billy, a la vez que disfrutan aprendiendo sobre un proyecto exitoso y reconocido en todo el mundo.
Mención aparte merece la tienda del museo, no porque venda muebles sino por el merchandising. No os podéis imaginar las cosas chulas que tenían: camisetas con la famosa llave Allen, material de oficina, libros de recetas y de diseño…
También hay un pequeño restaurante en el que, como no podía ser de otro modo, se sirven los icónicos platos que se pueden encontrar en cualquier otro IKEA. Albóndigas de extraña textura y dudosa procedencia, salados codillos y salmón a la plancha se ponen al servicio del espectáculo. Manjares de extrarradio en los que caemos de vez en cuando, no nos escondemos.
Homenaje al catálogo de IKEA
Hubo una zona que nos gustó especialmente del museo: la que rinde homenaje al famoso catálogo de IKEA. Aunque dejó de imprimirse en 2020 tras casi 70 años, sigue siendo uno de los grandes iconos de la marca.
Por un lado, se hace un repaso a su evolución: portadas míticas, cómo fue cambiando con el paso del tiempo, lo que se podía encontrar en él… Si estáis leyendo esto en el año 2092 quizá os suene a chino todo, pero os aseguramos que en 2022 todavía estaba muy presente en nuestras cabezas.
Por otro lado, tenían la posibilidad de… ¡imprimir la portada de vuestro propio catálogo de IKEA! Para ello, hay un estudio en el que el visitante se puede hacer dos fotos: una para una portada de catálogo clásica y otra para una de las últimas ediciones. Lo mejor de todo es que era gratuito, así que nos fuimos a casa con un souvenir inmejorable.
Visita al actual IKEA de Älmhult
Para redondear una mañana de IKEA a tope, cogimos el coche y nos fuimos hasta el IKEA de Älmhult, el heredero directo de la tienda original. Está a un kilómetro y medio del museo, por lo que era demasiado tentador como para no pasarnos a conocer un establecimiento de la firma en su país de origen.
La experiencia fue como cualquier otra: una exposición infinita, muchas compras que no necesitábamos (a buen precio, claro) y la parada de rigor en el restaurante, donde devoramos dos montañas de albóndigas.
Información práctica: dirección, horarios, tarifas…
Para rematar este artículo, vamos a recopilar toda la información práctica para visitar el Museo de Ikea. Estos son los datos principales:
- Dirección: Ikeagatan 5, 343 36 Älmhult, Suecia.
- Horario: de lunes a domingo, de 10:00 a 18:00.
- Tarifas: 60 SEK por persona.
- Teléfono: +46 476 44 16 00
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