Si algo define al Museo de Ciencias de Londres (Science Museum) es que se trata de un lugar en el que las personas curiosas se sienten como en casa. Pocos lugares en el mundo ponen en práctica eso de que la ciencia puede ser divertida, gracias a sus decenas de salas repartidas en hasta siete plantas. En ellas encontraréis diferentes colecciones de temática diversa, en las cuales hay un claro hilo conductor: la interactividad.
Tabla de contenidos
Ciencia, tecnología, industria y medicina en un mismo museo
El Museo de Ciencias de Londres se puso en marcha a mediados del siglo XIX. En concreto, era un apéndice del South Kensington Museum, creado para exponer al público objetos de la Expo de Londres de 1851. Permaneció formando parte de esa institución hasta 1858, cuando se partió en dos. El museo de ciencias se separó (obteniendo ya su nuevo nombre) mientras que el otro permanecería como South Kensington Museum, hasta que a finales de siglo pasó a ser el Victoria and Albert Museum.
Hoy en día alberga más de 300.000 piezas, en las cuales se tratan todo tipo de temáticas. Con la ciencia siempre como hilo conductor, podréis ver cómo el conocimiento humano ha ido evolucionando en campos tan diversos como la medicina, internet o la exploración espacial.
Ya hemos dicho que se trata de un museo súper interactivo, pero no está de más volver a insistir en ello. De hecho, el Museo de Ciencias de Londres os resultará especialmente interesante si viajáis con niños pequeños, ya que se lo pasarán en grande cacharreando por las diferentes salas. Prácticamente en todas ellas se puede tocar algo, entrar en un simulador o ver cómo se mueven cosas.
La visita: un recorrido desde el origen de los tiempos a la exploración espacial
Nosotros visitamos el Museo de Ciencias de Londres en el marco del típico día de museos. Empezamos la mañana en el Museo de Historia Natural de Londres, que por supuesto nos encantó. De ahí fuimos hasta el de ciencias, a donde entramos por Exhibition Road.
Al igual que hicimos ese día en el resto de museos, limitamos nuestros pasos por el Museo de Ciencias de Londres a ver las salas principales y/o los objetos más destacados. En este caso, empezamos por la planta baja, en la cual hay tres elementos que destacan con luz propia:
- Energy Hall: con la industria británica como protagonista, se muestra cómo la máquina de vapor contribuyó a su revolución.
- Exploración espacial: la joya de la corona del museo. Se puede ver un trocito de roca lunar, satélites, trajes de astronautas… ¡Imprescindible!
- Making the modern world: una exposición en la que se muestran los objetos más emblemáticos del desarrollo científico de los últimos 250 años. Desde el módulo de comando de la nave Apolo X hasta el primer ordenador de Apple.
Aunque las tres cosas nos encantaron, rápidamente nos dimos cuenta de que el museo dista mucho de ser gratuito. En teoría sí, ya que se puede entrar a él y visitar buena parte de sus salas. Sin embargo, para muchísimas cosas hay que pagar una entrada aparte: el IMAX del The Ronson Theatre, simuladores de realidad virtual, el simulador de vuelo de la planta superior…
En cualquier caso, nos movimos por las diferentes plantas del museo. Así fue como visitamos colecciones tan dispares como la galería de medicina (en la que se hace referencia a los avances en ese campo desde que el mundo es mundo) o a The Clockmakers’ Museum (una colección en la que se muestran los avances en el arte de hacer relojes desde el siglo XVII hasta la actualidad).
Terminamos la visita en el Shake Bar, uno de los muchos puntos del Museo de Ciencias de Londres en los que se puede hacer un alto en el camino. En este caso, está especializado en helados y milkshakes, por lo que fue difícil resistirse.
Información práctica
Aquí va la información práctica para visitar el Museo de Ciencias de Londres:
- Dirección: Exhibition Road (zona de South Kensington).
- Teléfono: +44 330 058 0058.
- Página web
- Horarios: de 10:00 a 18:00.
- Días de apertura: todos los del año menos 24, 25 y 26 de diciembre.
- Tarifas: entrada gratuita.