El Monasterio de Santa María de Monfero es una de las obras maestras de la arquitectura religiosa rural de la provincia de A Coruña. Fue fundado en la primera mitad del siglo XI en unos terrenos que a día de hoy pertenecen al Parque Natural de las Fragas do Eume, evolucionando con el paso del tiempo y convirtiéndose en toda una joya. Sin embargo, la cercanía con el pintoresco Monasterio de San Xoán de Caaveiro (en el Camiño dos Encomendeiros) hace que no sea especialmente conocido. Pero no os preocupéis, que aquí venimos nosotros a enseñaros esta maravilla.

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Una joya a la sombra de otra
Eso de que a veces los árboles no dejan ver el bosque ocurre muchas más veces de lo que parece. Y es que en Fragas do Eume todo parece girar alrededor del Monasterio de San Xoán de Caaveiro, pero el protagonista de este artículo no tiene nada que envidiarle. De hecho, para nosotros el Monasterio de Santa María de Monfero es incluso aún más especial.
Siendo precisos, la fundación del monasterio se remonta al año 1134. Empezó como un templo humilde en medio de la nada, pero durante la siguiente centuria experimentó un gran crecimiento. Las donaciones a la comunidad fueron muchas y sus rentas se aprovecharon convenientemente, creándose toda una potencia económica. De hecho, su expansión les enfrentó con algunos señores feudales de la zona, como los Aras Pardo o los Andrade.

Nada pareció frenar al Monasterio de Santa María de Monfero, que en los siglos XVI y XVII vivió su época dorada. Así, se ampliaron las dependencias monásticas y se hicieron ambiciosas obras para mejorar la iglesia. La avaricia acabó rompiendo el saco, pues entre finales del XVIII y comienzos del XIX los vecinos estaban hartos y acabaron negándose a pagar las rentas correspondientes al monasterio.

Comenzaron así unas turbulencias que se acrecentaron con la invasión francesa y los cambios políticos en España. En el 1820 la comunidad cisterciense que habitaba el Monasterio de Santa María de Monfero abandonó el lugar, pero pudo volver allí unos pocos años más tarde gracias al Decreto de Regencia del Reino. Sin embargo, los lugareños habían aprovechado esa breve ausencia para hacer rapiña, saqueando todo lo que tenía mínimamente valor. El lugar ya era inhabitable y nunca volvió a serlo.

A día de hoy, el Monasterio de Santa María de Monfero es un recurso turístico. En 1941 fue declarado Monumento Histórico-Artístico, poniendo en valor sus vestigios arqueológicos y haciendo todo lo posible para mantenerlo en pie.
Cómo visitar el Monasterio de Santa María de Monfero
Exterior
El Monasterio de Santa María de Monfero se encuentra junto a uno de los cuatro acceso a Fragas do Eume. De hecho, está al ladito de uno de los centros de interpretación del Parque Natural, así como de la carretera que lleva al inicio de tres o cuatro rutas.
Nosotros hicimos dos intentos por verlo, ya que en el primero nos lo encontramos cerrado. Sin embargo, tenemos que decir que mereció la pena ir incluso visitando solo el exterior. La fachada barroca de la iglesia es rarísima, probablemente una de las más originales que hayamos visto nunca. Tiene un ajededrezado hecho con pizarras, las cuales se incrustan en el granito. Además, solo tiene una torre, ya que la otra fue destruida por un rayo.

Además de la fachada principal, merece la pena bordear el edificio por completo. Podréis así contemplar el conjunto monástico en su totalidad: tanto la parte que sigue en pie como la que se encuentra en ruina arqueológica. Incluso los propios alrededores son una maravilla, con ese aspecto de bosque lleno de meigas tan propio de esas tierras.

Por último, bien merece una visita su cementerio. No es especialmente grande, pero representa a las mil maravillas lo que cabría esperar de un camposanto rural gallego.
Interior
Acceder al interior requirió un segundo intento, pero valió muchísimo la pena en esfuerzo. El Monasterio de Santa María de Monfero abre solo en los meses cálidos del año, de mayo a septiembre. La entrada es gratuita y puede hacerse de miércoles a domingo, en horario de 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00.

Dentro os recibirá una enorme colonia de murciélagos, la cual habita en los altos techos de la iglesia. Obviamente, contribuye a darle un aspecto incluso más lúgubre al sitio del que ya tiene de por sí.

Podréis moveros libremente por la iglesia, el coro y la sacristía, accediendo también al baptisterio y a la sala capitular. En uno de los laterales podréis ver el retablo pétreo de la Virgen de Cela, una de las pocas obras de arte que se conservan. ¿Recordáis cuando os dijimos que hubo bastante rapiña? Pues no se dejaron las cosas de valor, como es lógico.

Lo que sí han perdurado han sido cuatro tumbas monumentales. En la zona del altar mayor están las de Nuño Freire de Andrade y Aras Pardo, esta última sin terminar. Por otro lado, en la parte derecha del templo están las tumbas de Fernán Pérez de Andrade y Don Diego de Andrade. En algunas de ellas veréis ex votos como los que se pueden encontrar en San Andrés de Teixido.

Información práctica
- Dirección: Lugar Convento, 3, Monfero.
- Teléfono: 981 79 38 85.
- Apertura: abre de mayo a septiembre, cerrando el resto del año.
- Días de apertura: de miércoles a domingo.
- Horario: de 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00.
- Tarifas: entrada gratuita.
