Da igual si sois las personas más creyentes del mundo o si la religión os da exactamente igual: Covadonga es una visita absolutamente imprescindible en todo viaje a Asturias que se precie. Es uno de los santuarios cristianos más importantes de Europa, siendo a su vez el conjunto monumental más visitado del Principado y uno de los lugares más reconocibles de la propuesta turística española.
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Patrimonio sacro en un entorno nacional privilegiado
Una de las primeras dudas que se tienen al visitar Covadonga viene dada por la propia naturaleza del lugar. Técnicamente hablamos de una parroquia perteneciente al Concejo de Cangas de Onís, aunque esa fría descripción obviamente se queda corta. Todo gira alrededor de la Santa Cueva, una pequeña pero fervorosa excavación en la roca en la cual reposa La Santina (la Virgen de Covadonga, patrona asturiana). Entorno a ella han surgido muchos edificios que hacen de la visita todo un must.
Además, se da la circunstancia de que está en uno de los parajes más preciosos de las montañas asturianas. De hecho, aunque mucha gente no lo sabe, en 1918 se creó el Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, el primer Parque Nacional de España. A finales de siglo XX se amplió a todos los Picos de Europa (adquiriendo entonces ese nombre el espacio natural), pero vaya por delante que se trata de un lugar absolutamente épico.
Hace falta un día entero para ver Covadonga sin prisas, incluyendo la visita a los lugares sagrados y también la subida a los lagos. Seguid leyendo y os haréis a la idea de todo lo que os espera allí.
Qué ver en Covadonga
Santa Cueva
Imposible no empezar hablando de la Santa Cueva, un lugar que nunca falta en los libros de Historia de España. En una pequeña cuevecita se haya un precioso santuario en el que está la susodicha Virgen de Covadonga, el sepulcro de Don Pelayo y la tumba de Alfonso I. Es un lugar solemne, a la par que sobrecogedor.
Pozón
Justo debajo de la Santa Cueva, ofreciendo unas vistas privilegiadas de la misma, se encuentra el Pozón: un pequeño embalse natural formado por las aguas que caen de una cascada absolutamente preciosa. Pasaréis por allí de un modo o de otro, pero bien haríais en estar atentos y no dejar de disfrutar de esta alucinante estampa.
Basílica de Santa María la Real de Covadonga
A nivel patrimonial, sin duda el edificio más destacado es la Basílica de Santa María la Real de Covadonga. Aunque parezca un edificio tirando a antiguo gracias a su estilo neorrománico, lo cierto que es que fue construido a finales del siglo XIX e inaugurado en 1901. Su elemento más característico es el color rosado de la piedra que se utilizó para su construcción, extraída directamente de las montañas cercanas.
Esculturas, fuentes y otros edificios
Todo el lugar está repleto de estatuas (como la de Don Pelayo), fuentes (como la de los Siete Caños), museos, tiendas e incluso hoteles en los que pasar la noche. También hay museos y una enorme colegiata. En resumen, lo mejor que podéis hacer es dedicar tiempo a curiosear de aquí para allá, porque no os faltará el entretenimiento.
Lagos de Covadonga
Por último, desde Covadonga parte la estrechísima y sinuosa carretera que lleva hasta los Lagos de Covadonga: el Enol y el Ercilla. Se puede subir por libre o utilizando un servicio de autobús y taxi en función de la época del año. En nuestra opinión es una visita imprescindible, por eso le hemos dedicado un artículo aparte en el que os mostramos cómo subir y qué podéis esperar de esta visita.