La Playa de las Catedrales (en gallego Praia das Catedrais) es una preciosa playa ubicada en la costa de la provincia de Lugo. Es conocida a nivel mundial por sinuosas formaciones rocosas, que describen cuevas, torres y arcos de la forma más caprichosa que podáis imaginar. Es una visita que requiere preparación por dos motivos: hay que ir cuando la marea está baja y se requiere reserva previa para acceder a ella.
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La primera playa viral de Galicia
Lo primero que hay que decir de la Playa de las Catedrales es que su nombre oficial siempre fue Playa de Aguas Santas (Praia de Augas Santas). Era un lugar conocido a nivel local, pero que escapó del turismo de masas hasta comienzos del siglo XXI.
En ese momento, las redes sociales hicieron su «magia» y el lugar pasó a tener una fama absolutamente desproporcionada en muy poquito tiempo. Tanto es así que en el año 2015, tras años de masificaciones y quejas de la población local, la Xunta de Galicia decidió establecer un sistema de reservas para limitar la cantidad de personas que acceden simultáneamente a la playa.
Nosotros hemos hecho la visita antes de la fama (estando prácticamente solos en ella en pleno agosto), durante el boom y también ahora que es una propuesta turística consolidada. En todos los casos decimos lo mismo: es un sitio mágico y merece la pena ir, pero lo cierto es que con tanta gente puede resultar un poco agobiante.
Sea como fuere, el recorrido por la playa os permitirá dar un paseíto bajo sus increíbles arcos de piedra. Tendréis que ir durante la bajamar (momento de marea baja, que se produce dos veces al día), pues de lo contrario la mayor parte de la playa es inaccesible. Con una o dos horas tendréis tiempo más que suficiente para curiosear entre sus arcos de más de treinta metros de altura, entrar en sus grutas (en algunas os llegará el agua por las rodillas) y hacer cuántas fotos queráis forzando al máximo la perspectiva.
También os recomendamos recorrer el paseo marítimo que hay sobre la playa, para el cual no hace falta reserva. De hecho, es una zona mucho menos transitada, pese a que os dejará unas vistas igual de asombrosas de este mágico lugar.
Cómo organizar la visita a la Playa de las Catedrales
Reservar entradas, trámite imprescindible
Durante todo el verano (y también en Semana Santa) solo se puede acceder a la Playa de las Catedrales si previamente habéis hecho una reserva. Tendréis que entrar en esta web: https://ascatedrais.xunta.gal/monatr/inicio?lang=es. En ella, la Xunta de Galicia os permitirá reservar vuestro pase con treinta días de antelación. Por suerte, el resto del año no es necesario sacar turno.
¿Cuánto cuestan las entradas a la Playa de las Catedrales? Por el momento (la última vez que fuimos fue en 2024) no tiene coste. Es una visita gratuita y salen miles al día, pero lamentablemente hay una complicación: si intentáis hacer la reserva con poca antelación, probablemente no queden tickets. Os recomendamos al menos una semana de anticipo.
Si solo tenéis opción de ir un día en concreto sin haber reservado, podéis jugárosla. Al parecer, hay lugareños pícaros que reservan entradas y luego las «ceden» a cambio de un «donativo».
Las mareas marcan la hora de visita
Es importante tener en cuenta que la Playa de las Catedrales solo es visitable en todo su esplendor durante la marea baja. Podéis buscar en Google «tabla de mareas Playa de las Catedrales» y os saldrán varias páginas ofreciendo el mejor momento para la visita. La propia web en la que se reservan las entradas muestra la previsión, indicando en negrita el momento óptimo para acudir allí.
Aparcamientos y dónde encontrarlos
Además de tener en cuenta las reservas y las mareas, también tenéis que considerar que aparcar no es sencillo en los meses cálidos del año. Existe un pequeño aparcamiento junto al acceso principal, el cual está colapsado durante todo el día. Nosotros os recomendamos ir al parking de mayor tamaño, claramente señalizado y situado a escasos 500 metros. Cubriréis la distancia entre vuestro vehículo y el acceso a la Playa de las Catedrales caminando por un pequeño sendero de tierra que hay junto a la carretera.
Experiencia visitando la Playa de las Catedrales
Ya os lo hemos ido anticipando, pero a día de hoy la Playa de las Catedrales es un lugar que nos despierta sensaciones encontradas. Típico sitio de luces y sombras, del que podemos decir muchas cosas buenas pero también malas.
Un lugar único en el mundo…
Empezando por lo positivo, es evidente que se trata de una de las playas más bonitas del mundo. Así, sin paños calientes. La visita a la Playa de las Catedrales es algo que todo ser humano debería hacer al menos una vez en su vida, ya que las complejas formas que dejan los acantilados de la Mariña Lucense al unirse con la fina arena de la playa son alucinantes.
Os sentiréis de verdad caminando bajo una especie de «catedrales naturales», llenando vuestra memoria (y la de vuestro smartphone) de infinitas imágenes que os dejarán sin palabras. De verdad, merece la pena el viaje hasta allí.
…devorado por el turismo de masas
Sin embargo, la Playa de las Catedrales agoniza por culpa de su propio éxito. La experiencia es cualquier cosa menos tranquila, empezando por la propia web para reservar entradas (que no siempre tiene boletos). Una vez allí, sufriréis para aparcar, llegaréis hasta una larga fila en la que os pedirán escanear un QR con vuestra reserva, estaréis rodeados de miles de turistas…
Por doquier hay chiringuitos, baños en los que os pedirán un euro por hacer pis, la gente es súper ruidosa, los autobuses de guiris no dejan de descargar ganado y la caspa abunda. Es una pena, porque el sitio es una pasada, pero id preparados para convivir con lo peor de la existencia humana.
Conclusión: merece la pena, pero con matices
¿Merece la pena? Sin duda, ya lo hemos dicho. ¿Es una visita incómoda? También. Además, de esas en las que la gente muestra su lado más egoísta. Por ejemplo, hay un punto resbaladizo en el que hay que hacer cola para pasar: nunca faltará un Paco o una Charo intentando saltarse la fila.
Pese a todo, es innegable que se trata de un espacio natural maravilloso a más no poder. Id, juzgad con vuestros ojos y exprimirlo al máximo. Os aseguramos que al final lo bueno se impondrá y recordaréis la Playa de las Catedrales como la maravilla que es.
