Clarion Alley Mural Project, el museo de los graffitis de San Francisco

Lo que era un pequeño callejón pasó a convertirse en un proyecto artístico de proyección internacional. Así se podrían resumir las últimas décadas del Clarion Alley Mural Project, el auténtico epicentro del arte urbano en San Francisco. Un lugar lleno de color y arte de vanguardia, que siempre recibe al viajero con los brazos abiertos y que nunca deja de transformarse. Seguid leyendo, pues os vamos a contar por qué surgió este proyecto, dónde podéis encontrarlo y cómo es la visita.

Un laboratorio de ideas para crear street art

Hasta finales del siglo XX, el Clarion Alley no era más que uno de los muchos pequeños callejones que se repartían a lo largo y ancho del Mission District. En concreto, se encuentra entre acotado por Mission Street, Valencia Street, 17th Street y 18th Street. Fácil de encontrar.

Todo cambió en 1992, cuando un colectivo de seis artistas urbanos que residían en el barrio decidieron asociarse para transformar el callejón. No era la primera iniciativa como esta, ya que en los años 70 se había puesto en marcha algo similar en Balmy Alley, pero su enfoque social y su excelencia artística convirtieron el CAMP en un proyecto de fama internacional.

Así, rápidamente las paredes de ambos lados del callejón se llenaron de obras de arte de todo tipo. Poco a poco fueron llegando los turistas, que acudían al calor de un museo de street art que no dejaba nunca de evolucionar. Y así es como, a día de hoy, se trata de una de las cosas más interesantes que ver en San Francisco.

¿Merece la pena visitar Clarion Alley Mural Project?

Sin duda, la visita a Clarion Alley Mural Project es una pasada. La única pega que le podemos poner es que vimos un ambiente medio raro justo a la entrada del callejón, así que quizá sea mejor evitar ir por la noche. Pero por el día encontraréis a varios viajeros que, como vosotros, solo quieren disfrutar de los murales y volverse a casa con un buen puñado de fotos chulas.

El callejón en sí se recorre en cinco o diez minutos, aunque podéis tardar horas si os dedicáis a analizar hasta la última de las pinturas. Las temáticas son muy variadas y cambiantes, pero en general hay un gran componente de lucha social y de denuncia de las desigualdades.

Nosotros ese mismo año habíamos ido a Bristol, donde habíamos realizado un recorrido por sus graffitis, por lo que veníamos con el paladar bastante exquisito. Y todo lo que podemos decir es que el CAMP nos encantó, merece la pena ir hasta esa zona de San Francisco.

Mission District, el otro barrio bohemio en San Francisco

De hecho, os recomendamos que aprovechéis que estáis por allí para dar un paseo por Mission District, el enésimo enclave bohemio de San Francisco. Por un lado, en esta parte de la ciudad os espera Misión Dolores, el edificio más antiguo de la ciudad. Por otro, las raíces latinas del barrio se mezclan con un ambiente moderno y desenfadado, creando un espacio único y por el que siempre es un gusto pasear.

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