Castello Sforzesco, la fortaleza de los museos de Milán

Quizá ya no forme parte del skyline de Milán, puesto que los rascacielos lo han devorado todo. Sin embargo, durante cientos de años la silueta más reconocible de la ciudad fue el Castello Sforzesco, una impresionante fortaleza construida en el siglo XIV que ha llegado hasta nuestros días tras superar infinidad de contratiempos. En la actualidad es uno de los edificios más bonitos de la urbe, además de albergar en su interior casi una decena de museos de primer nivel.

Castello Sforzesco

La fortaleza que casi es derrotada por unos chalés

El Castillo de los Sforza no solo recoge la herencia de la familia que le da nombre, sino de la práctica totalidad de las vicisitudes de la historia milanesa. El edificio original se empezó a construir en 1358 por orden de la familia Visconti, hasta que fue destruido casi un siglo después durante la República Ambrosiana Dorada.

En 1450 es cuando Francisco I Sforza aparece en escena, dándole no solo el nombre a la fortaleza para la eternidad sino además encargándose personalmente de su reconstrucción. Dispuso todo lo necesario para convertirla en la residencia de la familia, una tarea que fue completada y ampliada por sus sucesores a lo largo de los siglos. Diferentes generaciones de los Sforza se encargaron de dotarlo de todo tipo de lujos, sin escatimar en ningún gasto. La mejor muestra es que hasta el mismísimo Leonardo da Vinci fue contratado para pintar frescos en algunas estancias.

Acceso al castillo

El tiempo hizo estragos y la familia Sforza, como todas las de su tiempo, acabó cayendo. En ese momento la fortaleza pasó de mano en mano: mercenarios suizos, tropas francesas, militares españoles… Lo que antaño fue una de las cortes más impresionantes de Italia pasó a ser poco menos que un almacén de artículos de guerra. Su peor momento vino en 1800, cuando Napoleón ordenó demoler el castillo. Es cierto que la destrucción no se hizo por completo, pero se perdieron algunas torres y bastiones.

Las cosas no mejoraron durante el siglo XIX, pues incluso en la ciudad se debatió la posibilidad de eliminar el castillo por completo para convertir la zona en una urbanización de lujo. Por suerte, imperó el sentido común y el arquitecto Luca Beltrami lideró unos trabajos de restauración que cristalizaron ya en el siglo XX.

Desde ese momento, el Castillo Sforzesco pasó a ocupar un lugar muy privilegiado en el corazón de los milaneses. Por supuesto, también pasó a ser una de las principales referencias turísticas de la ciudad, enamorando a viajeros procedentes de los cuatro puntos cardinales.

Castello Sforzesco

Un castillo repleto de museos

La visita al Castello Sforzesco es obligada por diferentes motivos. A nivel arquitectónico, se trata de una de las construcciones militares y civiles más importantes de Milán. No hay visita a la ciudad que esté completa sin fascinarse ante sus muros, cruzar sus angostos accesos, recorrer sus patios y asomarse al otro extremo de la fortaleza. Esto podréis hacerlo durante prácticamente todo el día y de manera gratuita, ya que es considerado algo así como un parque.

Sin embargo, resulta que el interior del Castello Sforzesco está repleto de museos. Más o menos todos tienen un horario similar (martes a domingo de 10:00 a 17:30) y la entrada cuesta 8€ (hay abonos para ver varios del tirón). No imaginéis museos de relleno: hablamos de instituciones culturales de primer nivel.

Museos del Castello Sforzesco

Así, en el interior del Castello Sforzesco podréis visitar los siguientes museos:

  • La Pinacoteca del Castillo.
  • Museo de Arte Antiguo.
  • Museo de Prehistoria y Protohistoria.
  • Museo Egipcio.
  • Museo de Artes Decorativas.
  • Museo del Mueble.
  • Museo de Instrumentos musicales.

Si tuviésemos que recomendar uno o dos en particular, sin duda iríamos al Museo de Arte Antiguo (con la última obra de Miguel Ángel) y el Museo Egipcio (con una de las colecciones más importantes de Italia). Por último, en la pinacoteca encontraréis hasta 1500 obras entre los siglos XIII y XVIII.

Foso del castillo

El mejor balcón al Parque Sempione

Lo hemos mencionado antes de pasada, pero no queremos terminar sin antes deciros una de nuestras cosas favoritas del Parque Sempione. Si entráis por el acceso principal, atravesáis sus patios y pasillos, salís por el acceso trasero y camináis un poquito… ¡Premio! Llegaréis a un mirador absolutamente alucinante, desde el cual disfrutaréis de unas vistas estupendas del Parque Sempione y el Arco della Pace. Hablamos de un rinconcito de Milán que también merece una visita y que bien haríais en visitar.

Parque Sempione
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