Camperizar y homologar: argumentos a favor y en contra

Vamos a afrontar un debate clásico de la van life. ¿Merece la pena homologar la camperización de vuestra furgo? ¿Hay que hacerlo en todos los casos? ¿Es un proceso muy costoso? A esas preguntas (y otras muchas) intentaremos responder a lo largo de este artículo. Y lo vamos a hacer desde una perspectiva neutral, algo que no es tan fácil de encontrar en este tema.

Al igual que ocurre con esa aberración llamada pizza con piña, en este tema hay dos posiciones súper enfrentadas: están los que piensan que homologar es un sacacuartos sin sentido y los que creen que hay que estar locos para ir por la vida sin homologar hasta el último tornillo. Nosotros hemos pasado por ambos puntos de vista, así que hablamos con cierto conocimiento de causa. ¡Que empiece el debate!

¿Qué es homologar una camperización?

Empecemos por una definición básica. Homologar es legalizar las modificaciones que hagas en la camperización tu furgoneta, de cara a hacerlas permanentes. ¿Así de sencillo? Bueno, la cosa tiene miga.

La legalización implica dos cosas. Por un lado, darle a tu vehículo un uso distinto. Es muy habitual partir de un furgón de carga, lo cual tiene algunas limitaciones. Haciendo una homologación puedes convertirlo en un vehículo vivienda, haciendo que ni en ITVs ni en inspecciones rutinarias de tráfico te pongan problemas por el chiringuito que te has montado en la furgo.

Por otro lado, podrás añadir las reformas a la ficha técnica de tu vehículo, haciendo que pasen a ser definitivas. Esto sirve para no tener que quitarlas cada vez que pases la ITV (algo que puede ocurrir si no hay nada homologado), tener mucho margen de maniobra con las modificaciones y acreditar que tienen un mínimo de calidad, algo que te evitará problemas con tu compañía de seguros en caso de siniestro.

¿Merece la pena homologar?

Como hemos dicho en la introducción, nosotros hemos experimentado cambios en nuestra forma de pensar. Empezamos en el mundo de las furgos de la manera más low cost que os podáis imaginar, así que al principio no nos planteábamos homologar bajo ningún concepto. Sin embargo, a base de utilizar la furgoneta nos iban surgiendo necesidades que solo podíamos resolver con reformas que requerían una posterior homologación. Al final, acabamos haciendo un proyecto bastante grande.

En resumen, no merece la pena homologar si vais a hacer un uso esporádico de la furgo. Ojo, siempre teniendo claro que:

  • La camperización de tu furgo será la más sencilla del mundo: no podrás poner muebles fijos, añadir una claraboya o instalar una calefacción estacionaria.
  • Los muebles que lleves serán considerados carga, así que tendrán que ir sujetos mediante cinchas (o cualquier otro tipo de sujección) a los puntos que la furgoneta trae de serie.
  • Cada ITV que pases será una lotería: en teoría, si tu camperización no homologada cumple con todos los requisitos (de los que hablaremos un poco más adelante) podrías pasar tu ITV sin desmontarla, ya que es carga. Sin embargo, el técnico de turno te puede pedir que lo retires todo con tus propias manos, sin herramienta de ningún tipo, haciendo que la ITV se convierta en un calvario.

Por otro lado, merece la pena camperizar si vas a hacer un uso intensivo de tu furgoneta, o simplemente quieres disfrutar de todas las comodidades. Eso implica que:

  • Te tocará pasar por caja: homologar una furgoneta no es barato. Y no, no lo decimos solo por los elementos que instales, sino por todos los papeleos: citas con la ITV, proyectos, certificados… ¡Todo te pega un buen mordisco en la cuenta corriente!
  • A cambio, tendrás una gran libertad a la hora de camperizar. Podrás hacer prácticamente de todo: poner ventanas y claraboyas, hacer una instalación eléctrica, poner calefacción estacionaria…
  • En caso de que te pare la guardia civil o de tener un accidente, tu camperización será legal (sin ningún recoveco legal) y por tanto no tendrás ningún inconveniente en tema de multas o seguros.

Nosotros le estamos dando mucha caña a la furgo, así que pensamos que homologar es algo necesario. Sin embargo, como vais a ver a continuación, se le puede sacar mucho jugo a una furgoneta sin necesidad de liarse con el papeleo para legalizarlo todo.

Camperizar una furgoneta sin homologar

Con nuestra furgo sin homologar nos hicimos un viaje de un mes y unos 10.000 kilómetros por los Balcanes. No lo decimos por presumir, sino como muestra de que con una furgo sin homologar se pueden hacer grandes cosas. Ponerle cariño a las cosas suple prácticamente cualquier carencia, incluyendo un presupuesto bajo.

¿Qué tenía nuestra furgoneta sin camperizar? Básicamente, todo aquello que está permitido. Empezando con el confort:

  • Aislamiento: para no congelarnos en la furgo en mitad de la noche.
  • Suelo: una tabla de madera para apoyar sobre ella los muebles.
  • Panelado: maderitas a los lados para hacerla más acogedora.

Ojito con lo anterior, porque como máximo tiene que tener un 5% del peso máximo de la furgoneta, lo cual implica usar materiales ligeros.

Aparte de eso, teníamos un mueble que cumplía con todas las funciones: cama, salón, cocina… Nada iba atornillado a la carrocería, sino que todo estaba sujeto a la furgo mediante cinchas. Teóricamente se podría haber quitado con nuestras propias manos en caso de requerirlo un policía de tráfico, pero ya os decimos que no hubiéramos tenido fuerza de hacerlo. De hecho, cuando vaciamos la furgo para camperizarla, tuvimos que tirar de martillo y destrozarlo todo.

Llevábamos todo tipo de elementos que nos hacían la vida más fácil, como un hornillo de gas para cocinar, cargadores USB para los móviles o una nevera de ir a la playa para meter la comida en ella. Sin embargo, todo era muy precario.

Hay dudas razonables con la instalación eléctrica: en algunos sitios leemos que no se puede instalar sin homologar, en otros que sí se puede si se hace de una determinada manera… Nosotros preferimos ser prudentes y deciros que eso no se puede hacer sin homologar, ya que en caso de que os tirasen una ITV por nuestra culpa no podríamos pegar ojo.

Elementos de la furgoneta que sí o sí hay que homologar

A la vuelta de los Balcanes, nuestro cerebro volaba a mil kilómetros por hora. Era pensar en nuestra furgo y se nos ocurrían todo tipo de mejoras y reformas, pero siempre topábamos con lo mismo: había que homologar. Fuimos retrasando la decisión, hasta que en una ITV no nos dejaron pasar con nuestra camperización sin homologar y decidimos que había llegado el momento de liarse la manta a la cabeza.

Lo apostamos todo a la furgo, así que hicimos una camperización de lo más completa. Instalamos un montón de cosas que requerían ser legalizadas:

  • Muebles: anclados a la carrocería, totalmente legales ante una ITV y mucho más completos que los que teníamos sin homologar.
  • Claraboya: para que haya mejor ventilación y que entrase más luz.
  • Instalación eléctrica: una segunda batería con un montón de enchufes, puertos USB e incluso luces led. Perfecta para cargar todos nuestros dispositivos sin tirar de power banks o sin miedo a estar parados varios días en un destino.
  • Calefacción estacionaria: imprescindible para salir con la furgo en invierno. Es una calefacción que tira directamente del diésel del depósito, con un consumo realmente bajo.

Además de eso, podríamos haberle puesto un techo elevable. Sin embargo, por el momento somos solo dos y no vimos necesario modificar la carrocería.

Conclusión: ni sí, ni no ni todo lo contrario

Si estáis leyendo esto pensando en montaros una camper con poquito dinero, seguramente habréis llegado a la conclusión de que no os hace falta camperizar. Por otro lado, si tenéis ganas de disfrutar de la van life con todas las comodidades, también tendréis claro que hay que camperizar pase lo que pase.

¿Qué podemos decir? Siempre que hagáis cosas sujetas a la ley, ambas opciones son válidas. Se nos ocurren mil situaciones en las que no homologar: querer gastar poco dinero, probar en el mundo furgo antes de meterse de lleno en un proceso ambicioso, la típica persona que usa la furgoneta para currar pero quiere dormir por ahí de vez en cuando… A la vez, os podríamos decir mil motivos por los que homologar, ya que nosotros mismos lo hemos hecho y estamos muy contentos con ello.

En definitiva, nosotros os hemos expuesto argumentos a favor y en contra de homologar la camperización de una furgo, pero no tenemos la verdad absoluta sobre el tema. Esperamos haberos ayudado y quedamos a vuestra disposición en caso de que todavía tengáis dudas por resolver.

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