Técnicamente, Brick Lane es una larga calle que atraviesa el corazón de Tower Hamlets, un barrio en el East End de Londres. Sin embargo, en cuanto pongáis un pie en la zona os daréis cuenta de que se trata de mucho más que eso. Allí os espera con los brazos abiertos el Banglatown, el barrio en el que se concentra la mayor parte de la comunidad bangladesí londinense. Además, también es el lugar en el que se celebran muchísimos mercadillos de artesanía, antigüedades, ropa vintage y street food. Pocos lugares hay tan apasionantes y diversos como Brick Lane en la capital del Reino Unido, así que bien haríais en pasaros por allí.
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De fábrica de ladrillos a refugio multicultural
El nombre de Brick Lane tiene mucho que ver con la actividad económica que imperaba en la zona entre los siglos XV y XVII, ya que allí se elaboraban buena parte de los ladrillos y las tejas que se utilizaron para la expansión de Londres.
No era un lugar especialmente atractivo para vivir, lo cual hizo que se convirtiese en uno de los grandes puntos de atracción de inmigrantes. A lo largo de los siglos llegaron aquí diferentes comunidades: desde hugonotes hasta irlandeses, pasando por judíos.
Uno de estos grupos de población llegó a mediados del siglo XX, cambiando el barrio para siempre. Nos referimos a los bangladesíes, que trajeron una potente industria textil pero también los olores y los sabores de su gastronomía.
Así, este ir y venir de gente se tradujo también en un gran dinamismo comercial. Reflejo de toda esta evolución histórica es la realidad del Brick Lane de nuestros días. Es un lugar multicultural, en el que siempre hay cosas que hacer y en el que el viajero quedará atrapado de inmediato.
Si bien es cierto que la comunidad de Bangladesh lleva la voz cantante, por doquier veréis la influencia de otros muchos grupos de población. Es un lugar bohemio y de vanguardia, en el que los artistas han encontrado uno de los últimos espacios para sentirse cómodos que quedan en Londres.
La visita a Brick Lane es sencilla. Tenéis un par de paradas de metro cerca (Aldgate East en la zona sur y Shoreditch High Street en la zona norte). Desde ellas, tendréis a vuestra disposición la enorme calle que protagoniza este barrio, además de una infinita sucesión de calles adyacentes en las que encontraréis prácticamente cualquier cosa.
Qué ver y hacer en Brick Lane
La capital de los mercadillos independientes
Uno de los grandes motivos por los que ir a Brick Lane es difrutar de sus diferentes mercados. Si bien en apariencia parece un único lugar (en muchos sitios veréis que hablan del Brick Lane Market), lo cierto es que encontraréis espacios muy diferentes.
La diversidad llevada al extremo tiene un gran representante en los Truman Brewery Markets, un colectivo que agrupa diferentes mercados en la superficie de una antigua fábrica de cerveza. El mejor ejemplo lo encontraréis en la dupla formada por el Upmarket y el Vintage Market, que comparten edificio pero que no tienen nada que ver entre sí.
No hay un punto concreto que os podamos recomendar. Simplemente caminad y disfrutad de una de las mejores zonas comerciales callejeras de toda la ciudad de Londres.
La mejor comida india y bangladesí de Londres
Brick Lane es la auténtica capital de la comida india y bangladesí en Londres. En sus calles encontraréis más de 50 restaurantes dedicados a la gastronomía hindú, en los cuales podréis comer de una manera bastante similar a la que lo haríais en esos países.
Elegir nunca resultará fácil, ya que todos ellos cuentan con reseñas positivas en Google, precios muy contenidos y mucha fama de auténticos. Sin embargo, nosotros fuimos a tiro hecho y comimos en el más famoso de todos: el Aladdin. A modo de referencia, se dice que es el favorito del rey Carlos III (al menos, fue cliente habitual durante sus largos años como príncipe).
Street food por doquier
Pero si no os apetece comida india… ¡no hay ningún problema! Brick Lane es una potencia a nivel mundial en lo que se refiere a street food y restaurantes de comida rápida. Tenéis literalmente cientos de opciones para escoger, tanto en mercados cubiertos como en puestos al aire libre. Es imposible que os vayáis de allí sin encontrar una propuesta que se adapte a vuestros intereses.
Mención aparte merece una auténtica institución en la zona: el Beigel Bake – Brick Lane Bakery. Se trata de un establecimiento que abre 24 horas al día y en el cual siempre encontraréis cola, ya que ofrece uno de los productos más emblemáticos de Brick Lane. Allí podéis probar todo tipo de bagels, con una clara influencia de la comunidad judía (que es clientela habitual).
Arte urbano con Banksy como adalid
Por último, que los árboles no os impidan ver el bosque. Los mercados y los puestos de comida de Brick Lane son alucinantes, pero si levantáis un poco la mirada veréis que el barrio es uno de los más interesantes de Londres en lo que a arte urbano se refiere. Coches instalados en tejados, pinturas murales, los hongos de Christiaan Nage e incluso obras del mismísimo Banksy.
Encontrar todas estas manifestaciones de street art no suele ser sencillo, pero si prestáis atención comprobaréis que estáis ante un auténtico museo al aire libre.
Brick Lane, mejor en fin de semana
Para terminar, una recomendación. Si bien es cierto que Brick Lane es un lugar atractivo durante toda la semana, sin lugar a dudas merece la pena ir en finde (especialmente el domingo). Así podréis ver los mercados en todo su esplendor, disfrutar de la mayor oferta gastronómica y comprobar la absoluta diversidad del barrio.
Será agobiante y en muchos casos os veréis envueltos entre cientos de personas, pero os prometemos que es una experiencia fascinante y en la que cualquier sacrificio estará más que recompensado.