De entre los más de 120 kilómetros de rutas que tiene el Parque Nacional de Lahemaa, nosotros nos decantamos por hacer un sendero conocido como Altja Opperada. Lo elegimos por su increíble diversidad, porque no es especialmente largo (apenas 3 kilómetros) y porque nos permitió asomarnos a la vertiente más volcada al mar de este espacio protegido. En este artículo os enseñamos cómo es la ruta y cómo fue nuestra experiencia en ella.
Las mil caras del Parque Nacional de Lahemaa
Altja Opperada es una ruta muy interesante. Es circular y tiene tan solo tres kilómetros, pero haciendo este sendero podréis disfrutar de la cara más espectacular del Parque Nacional de Lahemaa.
Hay un aparcamiento justo al inicio de la ruta, al lado de una taberna construida a finales del siglo XX. Dicho sea de paso, también ofrece servicio de B&B, por lo que puede ser una buena opción para alojarse en la zona.
Aunque el sendero está claramente señalizado y hay que hacerlo al contrario de las agujas del reloj, nosotros nos despistamos y lo hicimos al revés. Sin embargo, al ser circular no hubo ningún problema.
De ese modo, empezamos la visita yendo al pequeño poblado de pescadores que hay justo frente a la costa. Es un espacio muy conocido para la población local, ya que el famoso pintor estonio Richard Uutmaa lo inmortalizó en una de sus obras más populares.
El poblado hoy en día no tiene población permanente, aunque todas las casas están en muy buen estado. De hecho, en una de ellas hay una pequeña tiendecita, en la cual pudimos comprar artesanía a muy buen precio. Eso sí, no aceptaban pago con tarjeta.
Esta ruta es súper sencilla y tiene muy poquito desnivel, por lo que se hace muy fácil. Además, tiene algunos elementos súper guays si vais con niños pequeños, como un pequeño puente colgante que les hará sentir como auténticos aventureros.
De ahí encaramos el tramo que va en paralelo a la Playa Laiakari. Es lo más parecido que se puede ver en Europa a una playa del Caribe: totalmente virgen, con el bosque acariciando la arena y con un montón de peces que se ven a simple vista.
Desde la playa nos adentramos en un denso bosque de pinos, con unas características más propias del Mediterráneo de lo que esperábamos. A juzgar por la altura de los árboles, muchos de ellos podrían tener cientos de años.
En medio del bosque hay varias rocas de un tamaño enorme. Al parecer, fueron traídas aquí de manera caótica y aleatoria por el deshielo de la glaciación.
Tras aproximadamente una hora caminando, llegamos de nuevo a la taberna junto a la que habíamos aparcado. Aprovechamos que estábamos allí para comer en ella y fue todo un acierto. Sin lugar a dudas, de los mejores sitios que probamos en todo el viaje por Estonia.
Ficha técnica: cómo llegar, distancia y otros datos
📍Punto de inicio: hay un gran aparcamiento al inicio de la ruta, justo enfrente de la taberna en la que comimos.📏Distancia / desnivel: 3 kilómetros de duración, con un desnivel cercano a cero.
💪Dificultad: es una ruta corta, sencilla y perfectamente señalizada. Vamos, que la dificultad es mínima.
⏲️Duración: tardamos una hora en completarla, y eso que hicimos varias paradas para sacar fotos.